Vitoria. "Un proyecto ilusionante y transformador" de la ciudad. Así será el palacio de congresos de Vitoria según lo definió ayer José Ramón Villar en su presentación oficial como director de esta infraestructura. El futuro gerente del recinto, al que se refirió de manera provisional como el "centro internacional" de congresos, exposiciones y artes escénicas -toda una declaración de intenciones-, adelantó varias de las líneas que serán claves en la gestión de este recinto estratégico que, entre otros apuntes destacados, será un motor de empleo y un elemento de prestigio para la ciudad -puso el Baskonia como ejemplo a seguir-, que pretende captar el apoyo de multinacionales europeas y americanas.

La elección de Villar como director del auditorio se conoció hace ya más de tres meses. Las claves de su fichaje fueron su impecable currículo -abogado, ex responsable de la firma Garrigues en Nueva York, experto en asesoramiento corporativo- y su experiencia fuera de Vitoria -llevaba treinta años viviendo lejos de la capital alavesa- para impulsar la ambición internacional del recinto.

La "pasión" por su ciudad de origen ha sido, precisamente, la razón principal para que este letrado se involucre en la gestión del palacio. El director, que desembarcó en el Consistorio hace dos semanas, compareció ayer por primera vez en la ponencia municipal sobre el auditorio y adelantó las líneas básicas que caracterizarán su gestión.

la prioridad

Un nombre, una marca

Fue auditorio, luego palacio de congresos y, ahora, "centro internacional". El director de la infraestructura utilizó ayer este término provisional para referirse al proyecto, y admitió que acuñar un nombre es una de sus prioridades. Eso sí, adelantó que la denominación vendrá acompañada de un logotipo y de una página web donde el inglés estará "extremadamente cuidado".

la gestión

Una sociedad pública

La base de las propuestas de Villar era conocer por qué personalidad jurídica apostaba para el palacio. Podía haber sido una gestión directa del Ayuntamiento o una concesión administrativa a una firma privada, pero desde el principio la opción que más gustaba en la Casa Consistorial era la de una sociedad acompañada por una fundación. Al final, Villar pone sobre la mesa la creación de un ente público, al estilo de Tuvisa o Amvisa. En concreto, se tratará de una sociedad mercantil con participación pública, que estará gobernada por un consejo de administración. El director insistió en que "los accionistas serán los contribuyentes".

la fundación

Una necesidad

La sociedad del auditorio vendrá acompañada de la creación de una fundación, que servirá para captar tanto donaciones públicas como privadas. En este sentido, concretó que espera contar como clientes con multinacionales, sobre todo, europeas y americanas. Además, el ente contará con una patronato, integrado por esas empresas de relevancia, y una asociación de amigos, más abierta al público en general.

la programación

"Ya vamos justos"

Villar habló del auditorio como una "cuádriga" de la que tirarán diferentes caballos: las actuaciones escénicas, los congresos, las ferias... El objetivo es empezar ya a trabajar para conformar la programación, de la que se esperan conocer novedades incluso antes de que la infraestructura esté terminada. Explicó que para contar con actuaciones musicales y grupos de primer nivel -puso como mero ejemplo a la Sinfónica de Viena- se necesita un plazo mínimo de tres años, por lo que "ya vamos algo justos".

los servicios

Un motor de empleo

Villar afirmó que el auditorio es una inversión "condenada al éxito". Admitió que se externalizarán todos los servicios que sean factibles de acudir a esta vía -limpieza, informática, traducción...- pero aseguró que el centro será un motor de empleo tanto directo como indirecto que ayudará a diversificar la economía alavesa, demasiado dependendiente de la automoción. Insistió en que se trata, así, de una actuación "estratégica" de la que "Vitoria estará orgullosa en unos años".