lava cuenta con un gran músculo industrial, principalmente articulado en torno al sector automoción, y un importante peso de la industria auxiliar y sector servicios. La dimensión de las empresas tractoras y su condición, principalmente exportadora, son soporte para mantenerse a flote durante este periodo de crisis que se presupone largo y de efectos impredecibles". Así responde Salomón Monzón, director general de PIMESA, cuando se le pregunta sobre las fortalezas con las que cuenta el tejido económico alavés para hacer frente a la actual crisis derivada de la pandemia.
Monzón subraya que esta "situación excepcional e inesperada ha provocado una crisis de demanda y al mismo tiempo de oferta", de manera que "probablemente se ha adelantado el punto de inflexión en el ciclo económico y acelerado la etapa de declive de manera drástica. Veremos cuáles son las consecuencias y efectos finales a medio plazo".
PIMESA no escapa a ese escenario, "aunque finalmente, experimentaremos un crecimiento respecto a 2019 en la cifra de ventas, este distará considerablemente del inicialmente previsto". "Hemos podido ajustarnos a las nuevas condiciones de mercado, adecuando nuestras capacidades de producción y mejorando nuestro plazo de respuesta, debido a la flexibilidad en su organización, la capacidad de gestión y la solidez financiera con la que cuenta la compañía -explica Monzón-. Somos una empresa ágil en la gestión y con una gran capacidad de adaptación a entornos exigentes e inciertos. Además, el hecho de tener un nivel de diversificación en diferentes sectores suficiente y un mix de producto/servicio variado nos han permitido paliar el descenso o pérdida en ventas en algunos de ellos, así como diluir el riesgo, cuando menos, en el corto plazo. De la misma manera, y como consecuencia de las inversiones de los últimos tres años y del plan de polivalencia desarrollado, podemos mantener una productividad adecuada y una rentabilidad, aunque menor, suficiente para garantizar la continuidad de la actividad".
Igual que observa fortalezas en la economía alavesa que le ayudarán a salir de esta crisis, también advierte de que la "concentración" de buena parte del músculo industrial en torno al sector del automóvil "supone un factor de riesgo o debilidad ante cualquier cambio de ciclo económico o cualquier crisis profunda. La capacidad de acción es limitada. Quizás, no es nuevo, debiera promoverse la creación de empresas con actividad dirigida a otros sectores; en este caso, el papel de las instituciones puede ser importante en la promoción de Álava como enclave industrial, logístico y con servicios auxiliares de relevancia".
En este escenario, ¿se ve una salida en 2021? "No se atisba una recuperación rápida de la actividad para 2021, como se anunciaba por parte de nuestros políticos, considerando todos los tipos de uve que nos mostraron al inicio del periodo de alarma y confinamiento -responde-. Si cabe, la crisis se hará más profunda y general el próximo año, por lo menos. Los efectos son progresivos y concatenados en la economía real, lo que hará que la demanda se resienta sustancialmente por la paralización de la actividad durante un periodo tan prolongado, además de las medidas restrictivas, algunas de ellas incomprensibles que están condenando a sectores económicos relevantes a la quiebra y desaparición". Así las cosas, "en estos momentos y con el nivel de incertidumbre actual, no tenemos previsiones fiables de cara a 2021 y las escasas que hay no son buenas. Tendremos que manejarnos con predicciones y actuando en un muy corto horizonte de planificación".