- Emmanuel Macron y Marine Le Pen se juegan hoy muchas de sus bazas para lograr la presidencia de Francia en el debate televisado que puede ser clave en la elección del próximo domingo. El presidente saliente, liberal, y la líder ultraderechista centraron la jornada de ayer en preparar ese importante duelo y por ello dejaron libre su agenda de cara a un enfrentamiento que puede ser mucho más decisivo que el que mantuvieron hace cinco años.

El propio Macron admitió en una entrevista que sabe que Le Pen “se ha preparado mucho este debate”, después de que el lance de 2017 acabara con una victoria abrumadora para el ahora presidente, según todos los analistas . Su rival ya avanzó que dedicaría dos días completos a la preparación, porque “es un momento importante”, después que la pasada semana reconociera que el debate de hace cinco años fue “el mayor fracaso” de su carrera política.

Ahora, Le Pen “ha trabajado mucho. Ahora domina los temas”, aseguró ayer Louis Aliot, alcalde de Perpiñán y uno de sus colaboradores.

Los sondeos coinciden en que Macron ha incrementado ligeramente su ventaja sobre Le Pen desde la primera vuelta (la media ahora es de 55,2% frente a 44,8%). Ambos llegarán al plató de televisión con la lección muy aprendida de su duelo del 3 de mayo de 2017 y de las nuevas circunstancias que vive el país.

En un enfrentamiento agresivo y tenso, Macron atacó la falta de propuestas concretas de la ultraderechista, así como la ausencia de financiación para sus promesas de gasto en favor de las clases populares. Pero, por encima de todo, el ahora presidente destrozó la inverosímil propuesta de Le Pen de crear un sistema con dos monedas: un franco resucitado para uso interior y mantener el euro para las transacciones con el exterior.

Macron la acusó reiteradamente de “mentir” sobre la viabilidad de sus propuestas e incluso de ser una “parásita” por alimentarse del miedo y el odio que, según él, Le Pen y su partido sembraban en el país y los ciudadanos. A su vez, Le Pen criticó a Macron por ser partidario de “la mundialización salvaje”, y en ocasiones le acusó de ultraliberal y en otras de socialista. Además, algunas expresiones y tonos desafortunados mostraron a una Le Pen descolocada, sin la estatura de una jefa de Estado.

Al final, Macron venció a Le Pen en la segunda vuelta por casi el doble de votos: 66,1% frente al 33,9% y, aunque hubiera ganado de todas formas, las encuestas mostraron entonces un movimiento a su favor tras el debate.

Ahora, Le Pen ha templado sus ideas sobre la UE y ha abandonado su postura más polémica (salir del euro), pero mantiene promesas que ponen los pelos de punta en Bruselas, como la supremacía del derecho francés sobre el comunitario o salir del espacio Schengen. También ha bajado el tono (aunque no el fondo) de sus propuestas contra la inmigración, y la presencia más a su derecha de otro candidato aún más ultra (Éric Zemmour) ha contribuido a normalizar su discurso migratorio.

Por ejemplo, ha reducido la intensidad sobre una de sus propuestas más polémicas: la prohibición del velo musulmán. “No es una prioridad, pero es un objetivo”, dijo ayer mismo su número dos, Jordan Bardella.

En esta campaña, Le Pen se ha centrado especialmente en la cuestión social y acusa a Macron de ser parte de una “oligarquía” indiferente al aumento de los precios de la energía y las consecuencias de la guerra en Ucrania que han subido el coste de la vida para las clases más modestas.

Frente a ella, Macron llega con problemas causados por el inevitable desgaste de cinco años en el poder con sucesivas crisis (los chalecos amarillos, la pandemia, la subida de precios) y decisiones de todo tipo que han alienado a diversos colectivos.

Por ello, también ha suavizado algunos de sus propuestas más polémicas y ahora admite cierta flexibilidad en sus planes.

Le Pen y Putin

La candidata ultraderechista quiere esquivar su antigua admiración por Vladímir Putin, aunque afirma que, cuando acabe la guerra, la OTAN debería establecer un acuerdo de seguridad con Rusia

Votos a Macron

Macron tiene muchos votos prestados de otras ideologías que no quieren que gane la ultraderecha, pero ante lo apretado de los sondeos debe ganárselos.

Zemmour

Conocida figura de la derecha en Francia y sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal asumió ayer la vicepresidencia ejecutiva de Reconquista, el partido ultra de Éric Zemmour que compite con la formación de su tía.