- En una jornada clave del juicio sobre los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, que mataron a 130 personas, el principal acusado y único superviviente de los comandos yihadistas, Salah Abdeslam, defendió ayer con igual vehemencia tanto su inocencia como su adhesión al Estado Islámico. “No he matado ni herido a nadie, ni siquiera un rasguño”, proclamó ante el Tribunal de lo Criminal de París, que lo interroga por primera vez sobre su radicalización y el periodo anterior a septiembre de 2015.

Abdeslam, francés de origen marroquí pero criado en Bélgica, empezó la sesión con una declaración voluntaria para criticar el proceso en su contra. “En los casos de terrorismo a veces las penas pronunciadas son extremadamente duras contra gente que no ha herido ni matado a nadie”, destacó el acusado, el único de la célula yihadista que esa noche no activó su chaleco explosivo o murió abatido por disparos de la policía. En un futuro, añadió, “cuando haya alguien que se encuentre en un metro, en un autobús o en otra parte con una maleta con 50 kilos de explosivos y que en el último momento se diga que quiera dar marcha atrás, sabrá que no tiene derecho a pensar eso porque no se le va a perdonar”.

En un primer momento Abdeslam precisó que prestó lealtad al Estado Islámico apenas 48 horas antes de los atentados, pero luego se contradijo: “Juré lealtad sin jurarla, sin seguir la regla, sin saberlo”. Ya se había declarado en el juicio como combatiente del EI y aprovechó esta nueva sesión para justificar a esa organización yihadista. “Combate para restablecer el orden islámico. El mundo occidental impone su ideología al resto. En muchos países los valores occidentales pasan por encima de los valores islámicos. Para nosotros los musulmanes es una humillación”, apuntó.

En su opinión, los atentados y operaciones militares del EI sobre suelo europeo responden a las “agresiones” de Francia y de Occidente: “Es una transgresión de la religión por otra, pero estoy explicando solo su punto de vista, ya he dicho que no he matado ni herido y que no tengo intención de hacerlo”.

Su hermano Brahim, cinco años mayor que él, fue uno de los terroristas suicidas de París, pero Abdeslam huyó aquella noche de la capital francesa y logró llegar a Bruselas, donde escapó de las fuerzas de seguridad durante más de cien días hasta su arresto el 18 de marzo de 2016.

A diferencia de su hermano, Abdeslam nunca fue a Siria. Sí a Grecia con otro acusado, Ahmed Dahmani, pero ese viaje, según destacó, fue por diversión. “Teníamos dinero y decidimos ir. En esa época Grecia estaba en crisis. Visitamos varias islas y volvimos. No hay más. Sé que es difícil de entender porque para vosotros todo está ligado al Estado Islámico, pero hay vida social más allá de eso”.

Abdeslam recordó como a un “hermano” al presunto coordinador de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, abatido por las fuerzas francesas con otros dos colaboradores cinco días después de los ataques. “Era mi amigo de infancia y ya no está. Espero volver a estar con él pronto”, declaró del supuesto líder de los ataques, con el que aseguró no haber estado en contacto desde que este último se fue a Siria en enero de 2014.

El juicio comenzó en septiembre y proseguirá hasta mayo. En total hay catorce acusados y otros seis son juzgados en rebeldía, cinco de los cuales se cree que están muertos.