La retirada de la política de Sebastian Kurz, ex canciller austríaco y hasta ahora líder del gobernante Partido Popular (ÖVP), desencadenó hoy un terremoto en las filas conservadoras que culminó con la dimisión del jefe del Ejecutivo, Alexander Schallenberg, y el titular de Finanzas, Gernot Blümel.

La jornada comenzó con el inesperado anuncio por parte de Kurz, que con 35 años ha dominado la política del país centroeuropeo en la última década.

Acorralado por investigaciones de la fiscalía anticorrupción y por el creciente malestar en su propia formación, el democristiano justificó su despedida con la falta de entusiasmo por la política y con el reciente nacimiento de su primer hijo.

Kurz, investigado por supuesto falso testimonio en una comisión parlamentaria y por malversación en otro caso, rechazó hoy una vez más las acusaciones y afirmó que demostrará que son falsas.

NI SANTO NI DELINCUENTE

"Siempre he actuado de la mejor forma posible, pero he tomado decisiones equivocadas. Ni soy un santo ni un delincuente, soy una persona con fortalezas y debilidades", resumió el excanciller su carrera política en el ÖVP.

Kurz, quien con solo 24 años asumió la secretaría de Estado de Integración en 2011, afirmó que dedicó todo su tiempo a la política desde entonces, dejando de lado a su familia.

Agregó, que desde el nacimiento de su hijo hace cinco días fue asumiendo que "hay cosas importantes y bonitas fuera de la política".

El político más influyente de la última década salió por la puerta de atrás después de dimitir como jefe del Gobierno el pasado 9 de octubre debido a las acusaciones contra él y nueve de sus más estrechos colaboradores por malversación y desfalco de dinero público para encargar en 2016 encuestas manipuladas.

MENSAJES DE TEXTO COMO PRUEBAS

Las sospechas de la fiscalía se basan en una serie de mensajes de texto entre Kurz y sus asesores, incautados en el marco de otra investigación de corrupción.

El Parlamento austríaco retiró el 18 de noviembre pasado su inmunidad como diputado para que la fiscalía pueda seguir con sus investigaciones.

En mayo de 2019 Kurz fue apartado del poder por primera vez tras una moción de censura derivada de otros escándalos de corrupción de sus entonces socios de Gobierno, el ultranacionalista FPÖ.

En septiembre de ese año ganó las elecciones con el 37,5 % de los votos y formó con los ecologistas de Los Verdes una coalición, liderada hasta hoy por Alexander Schallenberg.

En comunicado, el diplomático de formación anunció hoy su dimisión, ya que no desea asumir la presidencia del ÖVP, del que no era militante hasta ser nombrado ministro de Exteriores en 2020.

"No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de líder del Partido Popular (ÖVP)", señaló Schallenberg, canciller federal desde el 11 de octubre pasado tras la dimisión de Kurz.

Poco después, el ministro de Finanzas, Gernot Blümel, también miembro del Partido Popular y uno de los más estrechos colaboradores de Kurz, anunció asimismo la dimisión a su cargo, aduciendo razones familiares.

REUNIÓN DE LA DIRECTIVA PARA DESIGNAR NUEVO LÍDER

La anunciada renuncia de Schallenberg se hará efectiva probablemente mañana, cuando el ÖVP prevé designar al nuevo líder en una reunión de la directiva del partido.

Según la prensa austríaca, el candidato más probable es el ahora ministro del Interior, Karl Nehammer, quien será también el nuevo canciller federal.

"Tengo la firme convicción de que los dos cargos -jefe de Gobierno y jefe del partido más votado de Austria- volverán a estar pronto en manos de la misma persona", sostuvo Schallenberg, al que muchos han criticado por no tener un perfil propio y parecer más bien un títere de Kurz.

Con apenas 52 días en el cargo, el diplomático, que tiene un perfil más técnico que político y apenas peso en el ÖVP, ha sido el canciller de menor duración en la historia de la república austríaca.

En caso de confirmarse su designación, Nehammer será el sexto jefe de Gobierno de Austria en los últimos cinco años, algo inusual en un país donde el consenso y lo previsible es un valor político fundamental.

DESPLOME EN LAS ENCUESTAS

Al contrario que Schallenberg, Nehammer cuenta con un gran respaldo dentro del partido y cuenta con un perfil propio muy marcado.

El antiguo militar profesional es un estrecho aliado de Kurz, fue secretario general del partido y artífice de la política de línea dura frente a la migración, con la que el ÖVP ganó las dos últimas elecciones parlamentarias, en 2019 con el 37,5%.

Según las últimas encuestas, realizadas tras la dimisión de Kurz en octubre, el ÖVP ha caído en la intención de voto hasta el 23%, por detrás del partido socialdemócrata SPÖ, con el 26%.

Estas turbulencias políticas se producen en medio del más reciente confinamiento en vigor desde el pasado de 22 de noviembre para frenar la cuarta ola de la pandemia del coronavirus que ha golpeado al país, uno de los más ricos de la Unión Europea (UE).