Emmanuel Macron ha decidido cambiar el azul de la bandera francesa. La tricolor sigue siendo tricolor pero la tonalidad del azul varía sensiblemente: de cobalto a marino.

Para quienes anden cerca del medio siglo de vida, la nueva bandera francesa les sonará a vieja. Y tiene su explicación, porque el presidente galo lo que ha hecho es recuperar el color azul marino que Francia, de la mano del entonces máximo mandatario, Valéry Giscard d'Estaing cambió en 1976 por el azul cobalto en un acercamiento simbólico a Europa (el cobalto es el color de la bandera europea).

El cambio, según informa Euronews, ya se ha hecho en algunas instituciones desde hace un año, pero apenas ha trascendido, y de hecho en la página web oficial del Elíseo sigue el azul cobalto en el apartado dedicado a la bandera.

Ha habido cierta polémica en las redes sociales por el hecho de que Macron haya cambiado el color casi en secreto y en una decisión absolutamente personal, pero la medida es perfectamente legal. Lo que exige la Constitución es que la bandera sea azul, blanca y roja, y lo sigue siendo. La decisión de modificar la tonalidad de un color es un privilegio al que puede recurrir el presidente.

El Elíseo no ha hecho ninguna comunicación oficial sobre la modificación del color, porque su intención no es obligar al azul marino sino ir animando a otras instituciones a que lo adopten. Por ahora, el rescatado color ya ondea en el Elíseo, en la Asamblea Nacional y en el Ministerio del Interior.