La líder del partido nacionalista irlandés Sinn Fein, Mary Lou McDonald, ha advertido este domingo al Gobierno británico de que está jugando a "un juego muy peligroso" con sus especulaciones sobre la suspensión de partes del Protocolo de Irlanda del Norte incluido en el acuerdo del Brexit.

McDonald se refería así a la posible activación del Artículo 16 del Protocolo para suspender el mismo ante la polémica por la permanencia efectiva de Irlanda del Norte en el mercado común de la UE y la imposición de controles en el mar de Irlanda.

La activación del Artículo 16 "demostraría una vez más la mala fe colosal y que Irlanda, el norte de Irlanda en particular, es un daño colateral en el Brexit 'tory' mientras juegan al juego de la gallina con las instituciones europeas". En el juego de la gallina dos competidores en sendos vehículos se sitúan en trayectoria de colisión a la espera de que uno de los dos, el perdedor, ceda para evitar el choque.

"Igualmente pondría en evidencia que si el Gobierno británico cree que tiene todas las cartas, están equivocados, y que están jugando a un juego muy, muy peligroso que podría poner en peligro el acuerdo de retirada (de la UE) en su conjunto", ha añadido.

McDonald ha puesto en valor las propuestas de la UE que, según considera, han ido "mucho más allá" de lo que muchos habían anticipado para intentar resolver la crisis. "Pero todo tiene un límite en su tensión", ha advertido en declaraciones a la radio BBC 1.

"La realidad ahora mismo es que la pelota está en los pies de Boris Johnson y su Gobierno y tienen que actuar de buena fe y adoptar una posición seria y con altura de miras", ha reseñado. "De lo contrario, bueno... Las consecuencias serían muy graves, creo yo", ha remachado.

Desde hace tres semanas, los equipos negociadores de la UE y Reino Unido se han estado reuniendo alternativamente en Bruselas y Londres para buscar soluciones "imaginativas" a las diferencias de criterio sobre la aplicación del protocolo.

Este convenio, negociado dentro del acuerdo del Brexit, obliga a Reino Unido a realizar controles de las mercancías que cruzan de su provincia de Irlanda del Norte a Irlanda, Estado miembro de la UE y, por ende, al espacio del Mercado Único.

Sin embargo, Londres se queja de la complejidad práctica del protocolo y del perjuicio económico para justificar que lo esté incumpliendo desde enero y rechaza además que el Tribunal Europeo de Justicia tenga la última palabra sobre su interpretación.