- El Gobierno de Irlanda duda de la credibilidad del primer ministro británico Boris Johnson en referencia al protocolo norirlandés, un acuerdo que la Comunidad Europea está dispuesta a adecuar y variar para que el Reino Unido asuma lo pactado. Las dudas de Dublín se cimentan en las manifestaciones efectuadas por la ex mano derecha de Johnson, Dominic Cummings, quien aseguró el miércoles que la intención del premier fue siempre “renunciar” al protocolo, el punto más conflictivo de las negociaciones sobre el brexit.

La versión ofrecida por Cummings fue avalada ayer por el parlamentario del DUP Ian Paisley -hijo del otrora máximo líder de los unionistas de Irlanda del Norte-, quien explicó a la BBC que Johnson le dijo lo mismo justo antes de que Westminster se pronunciara en una votación sobre ese acuerdo. “Me dijo personalmente que, después de aceptar el protocolo, estaría dispuesto a cambiarlo y, de hecho, a romperlo. Ahora ese comentario ha sido verificado por otra fuente -referencia a Cummings- mucho más cercana a Johnson dentro de su propio Gobierno”, declaró Paisley al programa Newsnigh.

Al nuevo protocolo se refirió la víspera el primer ministro irlandés, Micheál Martin, quien señaló que “si todo el mundo opera de buena fe y si el foco se centra en abordar el trastorno comercial que ha surgido entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña, entonces estas propuestas lidian con el problema y respetan los tratados firmados por todos”.

En este sentido, Martin resaltó que el vicepresidente de la CE para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, encargado del brexit, ha trabajado de “buena fe” y, a su juicio, “personifica el espíritu del Ejecutivo comunitario en su constante defensa del acuerdo de paz norirlandés”.

Mientras, la nueva propuesta de Bruselas sobre el protocolo norirlandés ha sido acogido con división dentro del Ejecutivo del enclave británico dentro de Irlanda.

El mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP), por boca de su líder, Jeffrey Donaldson, destacó que las propuestas son un “punto de partida” para abordar las dificultades, pero advierte que “se quedan cortas” e insiste en que el protocolo debe ser renegociado, en línea con la posición de Londres. “Reconocemos que la UE quiere proteger la integridad del mercado único, pero es importante que entienda que también es necesario proteger el mercado interno del Reino Unido”, declaró ayer Donaldson.

Por su parte, el Sinn Féin, principal representante de la comunidad nacionalista-católica -contraria al brexit-, considera que las nuevas propuestas de la CE abordan todas las preocupaciones de la ciudadanía y defiende el mantenimiento del protocolo. Michelle O’Neill, vicepresidenta de la formación y número dos en el Ejecutivo, recordó ayer que la situación actual es “resultado directo” del “brexit duro” impuesto por el Gobierno de Johnson, y sus “aliados en el DUP”.

Inaceptable. Francia anunció ayer que ha pedido a la Comisión Europea que comience a estudiar posibles medidas de represalia contra el Reino Unido por las “dificultades inaceptables” en la concesión de licencias británicas de pesca tras el brexit. “Encontramos dificultades inaceptables en lo que respecta a la concesión de licencias de pesca, contrariamente a los compromisos asumidos por las autoridades británicas”, señaló ayer una portavoz del Ministerio francés de Exteriores. “Hemos pedido a la Comisión Europea que reaccione de forma firme y proporcionada, incluyendo posibles medidas de represalia”, añadió.