- Los alemanes elegirán este domingo un nuevo Parlamento en unos comicios generales sin que, a día de hoy, pueda decirse qué Gobierno “saldrá de las urnas” ya que previsiblemente habrá largas negociaciones en busca de una coalición viable.

Hasta 2005 se podía hablar de dos frentes claros entre los que los electores podían escoger. De un lado estaba la Unión Cristianodemócrata (CDU), junto con su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Liberal (FDP,) y del otro el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes. Los Verdes eran vistos como socios naturales del SPD y los liberales, al menos desde 1982, como socios naturales de la CDU/CSU. Helmut Kohl gobernó 16 años aliado con el FDP. Gerhard Schröder llegó al poder en 1998, apoyado por Los Verdes, y la alianza le duró 7 años hasta que, en 2005, perdió las elecciones con Merkel por un estrecho margen.

Sin embargo, a lo largo de la era de la canciller Angela Merkel se ha consolidado un cambio en el sistema de partidos que hace que los votantes realicen su elección sin saber qué tipo de Gobierno saldrá con su voto.

Ahora Los Verdes ven una alianza con los conservadores como una última opción. Su preferencia sería una coalición con el SPD, y el SPD también quisiera tener esa alternativa para la que actualmente ninguna encuesta da mayoría. Necesitarían al FDP cuyo líder, Christian Lindner, dice que le falta fantasía para imaginarse un acuerdo con esos dos partidos.

Del otro lado está la posibilidad de una coalición Jamaica -con Los Verdes y el FDP, cuyo color es el amarillo, lo que sumado al negro de la CDU/CSU coincide con los colores de ese país antillano- lo que sin la figura de Angela Merkel tiene aún menos posibilidades que hace cuatro años de lograrse.

El candidato de la CDU/CSU Armin Laschet, desde que empezó a verse por debajo en las encuesta, ha intentado movilizar electores aludiendo el riesgo de que haya un tripartito de izquierdas, con el SPD, Los Verdes y La Izquierda. Esa variante no es descartada por el SPD ni por Los Verdes pero es calificada de improbable, debido a las posiciones de La Izquierda en política exterior, con su rechazo a la OTAN y a las misiones militares y su postura ambigua ante la UE.

Del lado de La Izquierda la principal defensora de esa opción es la copresidenta del partido Susanne Henning-Welsow, que fue clave en las negociaciones en el estado federado de Turingia que llevaron a un tripartito, con La Izquierda como socio mayoritario. La clave de esas negociaciones fue renunciar a exigencias que tenían posibilidades de éxito lo que, a nivel federal, afectaría a las posiciones en política exterior.

Una variante, de la que se ha hablado poco, es la de un gobierno roji-verde de minoría, tolerado por La Izquierda. Ello sería algo inédito en Alemania, donde tradicionalmente hay desconfianza ante los gobiernos en minoría