- La pregunta de qué tiene Angela Merkel que no tengan los aspirantes a sucederla planea sobre Alemania ante las elecciones generales del 26 septiembre, con unos sondeos marcados por la revalorización de una canciller en retirada y la debilidad de los candidatos a tomar su relevo.

Un 75% de los encuestados valora como “positivo” el balance de los 16 años en el poder de Merkel, según la encuesta semanal de la televisión pública, ARD. El alto aprecio por la canciller contrasta con la escasa valoración de los aspirantes a sucederla. Su bloque conservador lidera los sondeos -con un 27% de los votos-, pero a su candidato, el centrista Armin Laschet, apenas un 20% de los encuestados le ve capacitado para el puesto.

Peor parada sale la candidata de los Verdes, Annalena Baerbock. El partido ecologista ocupa la segunda posición en los sondeos, con un 19%, pero solo un 16% considera a su líder apta para la Cancillería. El mejor valorado, con un 35%, es el socialdemócrata Olaf Scholz, ministro de Finanzas y vicecanciller, pero tiene difícil la elección porque su partido va en tercera posición, con un 18%.

Alemania parece haber entrado en una “nostalgia premonitoria” ante el adiós a la canciller. “Merkel tiene desde hace unos años un nivel de estima como nunca tuvo ningún otro político con tanto tiempo en el poder”, apunta a Efe el politólogo Hajo Funke, de la Universidad Libre de Berlín.

Se ha extendido la sensación de que, tras Merkel, “todo será más difícil”, argumenta Robin Alexander, jefe de Política en el diario conservador Die Welt. Para Alexander, la fortaleza de Merkel reside en la meticulosidad analítica con que se prepara sea la crisis del euro, la de los refugiados, cómo afrontar a Donald Trump en la Casa Blanca o cómo documentarse ante un factor desconocido, como la covid-19.

Merkel se retirará invicta, ya que no cayó en la tentación a intentar otra reelección, como sí hizo Helmut Kohl, quien tras 16 años en el poder buscó otro mandato, para derrotado ante el socialdemócrata Gerhard Schröder.

Merkel es la solidez, frente a la incertidumbre que despiertan sus potenciales sucesores. Laschet fue designado candidato a la Cancillería tras un duro pulso con el líder bávaro, el derechista Markus Söder. Ya entonces pesaba sobre él el lastre de su mala gestión de la pandemia en el Land del que es primer ministro, Renania del Norte-Westfalia. Mejoró algo su posición en junio. Pero en julio se desmoronó de nuevo, en medio de las devastadoras inundaciones en su Land y el vecino de Renania Palatinado, con más de 180 muertos. Se recordaron ahí las críticas a su falta de ambición en política medioambiental.

El descrédito entró en lo personal, al viralizarse unas imágenes que le mostraban riéndose al fondo, mientras el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, expresaba su consternación a los damnificados. Algo inimaginable en Merkel.

La verde Baerbock llegó a liderar los sondeos, pero una serie de deslices, errores y sospechas de plagio la hicieron perder terreno. A ello se suma la exclusión de la lista electoral de los ecologistas en un Land, el Sarre, derivada de un conflicto interno que ha devuelto a los verdes a la imagen pasada de formación caótica e inmadura.

El socialdemócrata Scholz podría ganar la jugada. Es el único que exhibe experiencia de gobierno con Merkel. Es decir, lo que se echará de menos cuando la canciller se retire.

Candidato socialdemócrata. Según un sondeo del instituto Insa, publicado ayer por el diario Bild am Sonntag, entre los candidatos a canciller, el del SPD, Olaf Scholz, está ahora muy por delante en popularidad. Si fuese posible elegirlo de manera directa, el 27% votaría al atual ministro de Finanzas como canciller en unas elecciones (cinco puntos más que en la encuesta anterior). El líder de la CDU, Armin Laschet, sería elegido por un 14% (sube 1 punto). Annalena Baerbock, la candidata de los Verdes, obtendría el 13%, como en la semana anterior. Sin embargo, el 36% de los encuestados dijo que no votaría a ninguno de los tres en una elección directa.