- El primer ministro esloveno, Janez Jansa, aseguró ayer que los valores comunes europeos son “imaginarios” y que sus comentarios sobre el Estado de derecho que incomodan a Bruselas son “la verdad”, en una rueda de prensa en la que escenificó la tensa distancia entre su gobierno y la Comisión Europea nada más estrenar su presidencia rotatoria del Consejo.

Jansa compareció ayer ante la prensa tras la incómoda reunión celebrada la víspera entre su Gobierno y la Comisión en la que, según fuentes cercanas al encuentro, mostró una foto en la que aparecían dos jueces eslovenos y dos eurodiputados socialdemócratas y se refirió a ellos como “comunistas infiltrados en la justicia”. Tras este episodio, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, optó por no sumarse a la fotografía de familia del Gobierno esloveno con el colegio de comisarios y dijo posteriormente que “nunca debemos parar de dejar en evidencia” a quienes violan los fundamentos del Estado de derecho. El desencuentro fue el último acto de una serie de discordias entre Bruselas y Liubliana sobre asuntos como la independencia judicial, el respeto a la prensa o el nombramiento de fiscales europeos contra el fraude desde este gobierno.

Preguntado por la ausencia de Timmermans en la foto, Jansa aseguró que “no se dio cuenta en el momento” y precisó que la Comisión debería interpelarles directamente cuando tenga “alguna queja sobre legislación que consideren contraria a los estándares europeos”. “No somos una colonia, no somos un Estado miembro de segunda, queremos el mismo tratamiento que el resto de países”, dijo.

Afirmó además que en la reunión con la Comisión “aportó respuestas sobre la situación del Estado de derecho” en Eslovenia y añadió que, si Timmermans se ofendió y “no le gustó la verdad”, “es su problema”.

Jansa se refirió a los principios fundamentales de la Unión Europea como “valores imaginarios” al ser preguntado por su opinión del líder húngaro Viktor Orbán, con quien se alineó en la cumbre de la semana pasada durante el debate sobre los derechos del colectivo LGTBIQ. “Si juzgas a alguien basándote en valores europeos imaginarios que cada cual percibe de forma diferente y con dobles estándares, este será el camino más rápido a la destrucción de la UE”, incidió el primer ministro esloveno. “La UE sin Centroeuropa no es la UE”, afirmó. Orbán, prosiguió Jansa, “tiene el derecho de explicar cómo ve el futuro de la UE”. “Si este debate excluye a algunos por adelantado, la Unión Europea seguirá reduciéndose en tamaño”, advirtió Jansa.

Por otro lado, al ser preguntado sobre la situación de libertad de prensa en el país, Jansa optó por no contestar directamente y proyectó un vídeo elaborado por su gobierno que cuestionaba que las amenazas y obstáculos a los periodistas vengan desde su Ejecutivo y señaló que periodistas eslovenos habían acabado trabajando en política. El propio Jansa fue periodista antes de entrar en la política eslovena y, preguntado por esta contradicción, afirmó que “antes el periodismo era diferente”.

La jornada ya había comenzado con otro choque entre Liubliana y Bruselas cuando el ministro del Interior, Aleó Hojs, aventuró poder referirse a “burócratas europeos” como “cerdos” preguntado por un mensaje en Twitter en el que parecía referirse a unos manifestantes con el mismo apelativo. “Personalmente no quiero llamar cerdo a nadie. Aunque tal vez en el futuro, tras todo lo que escuché ayer, podría llamarle eso a cierto individuo (...). Podría llamarle cerdo’ (...) (pero) no están en una plaza sino en lo alto de la burocracia europea”, señaló.

La mención a la jornada del jueves y a un alto cargo europeo parecía apuntar a una referencia a la ausencia de Timmermans de la foto de familia de la presidencia, si bien el propio ministro negó en Twitter que esa fuera su intención y pidió concentrarse en “la presidencia eslovena”.

Jansa, que es miembro del Partido Popular Europeo del que Orbán ha sido expulsado recientemente, prevé también “cambios” en las formaciones de la Eurocámara antes de las próximas elecciones comunitarias en 2024. El propio Fidesz, junto a otros partidos a la derecha de los populares europeos, se encuentra en negociaciones para formar una nueva alianza.