- La última jornada del G7 tuvo dos grandes protagonistas, Emmanuel Macron y Boris Johnson. El presidente francés y el primer ministro británico escenificaron la guerra abierta entre la UE y el Reino Unido, una confrontación que tiene como eje el protocolo establecido para Irlanda de Norte en cumplimiento del brexit. La jornada comenzó con un supuesto desliz de Macron, que puso en cuestión la soberanía británica de Irlanda del Norte. Poco tardó en salir a la palestra Johnson, que aseguró que hará todo lo posible para “salvaguardar la integridad territorial del Reino Unido”. Y, como si fuera un partido de tenis -ayer se disputó al final de Roland Garros y el siguiente Grand Slam será Wimbledon (de París a Londres)-, Macron devolvió la bola para recordarle a Johnson que sabía lo que estaba firmando y ahora solo le queda cumplir con lo pactado.

El intercambio de golpes se inició con un supuesto desliz geográfico cometido por Macron en su reunión con Johnson. El rotativo conservador The Sunday Telegraph llevó ayer a portada la presunta afirmación de Macron de que Irlanda del Norte no forma parte del Reino Unido. Según una fuente del Gobierno británico, Johnson preguntó a Macron cómo se sentiría si no pudiera transportar salchichas desde la ciudad francesa de Toulouse a París sin tener que pasar controles aduaneros. A lo que Macron replicó que ese ejemplo no era válido pues ambas ciudades forman parten del mismo país.

Ayer, el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, se quejó de que su gobierno ve “repetidamente a figuras de la UE hablar de Irlanda del Norte como si fuera otro país distinto del Reino Unido”. “No solo es ofensivo ( tiene efectos en la vida real sobre las comunidades de Irlanda del Norte), crea gran preocupación y gran consternación. Necesitamos un poco de respeto”, señaló en declaraciones al canal Sky News.

Tras la información publicada por The Sunday Telegraph, Johnson salió a la palestra para señalar en rueda de prensa que hará “todo lo que haga falta” para preservar la integridad territorial de su país.

Aunque el premier británico aseguró que el tema de Irlanda del Norte “ha ocupado una parte ínfima de las conversaciones” en las reuniones del G7, insistió en que “es trabajo del Gobierno mantener la integridad territorial del Reino Unido” y que en ese sentido hará “todo lo haga falta” por protegerla. Como un mantra bien ensayado, el jefe del gobierno británico insistió una y otra vez en que solucionará el problema con la UE y que hará lo necesario para que su país mantenga su integridad.

A la rueda de prensa de Johnson le siguió la comparecencia de Emmanuel Macron que, esta vez sin ningún tipo de desliz, cargó a conciencia contra Boris Johnson.

Macron dejó claro que Johnson sabía que habría problemas con los controles fronterizos al firmar el protocolo sobre Irlanda del Norte, pero pese a todo lo hizo y “ahora debe cumplir con lo acordado”. Además, el presidente francés recordó que, al llegar al poder, Johnson no quiso conservar el arreglo que había alcanzado su predecesora, Theresa May, sobre Irlanda del Norte, “que era una forma de preservar la integridad territorial del Reino Unido”, y firmó un protocolo del que sabía los problemas. “No hay que enviar a la Unión Europea las incoherencias que conocemos desde el principio. Todo el mundo se tiene que calmar”, aseguró.

Por último, el presidente Macron quiso aclarar su supuesto desliz sobre Irlanda del Norte y la soberanía británica sobre este territorio. “Francia nunca ha puesto en duda la integridad territorial británica. Es cierto que el brexit ha ocupado miles de horas de los europeos, ningún otro país nos ha hecho perder tanto tiempo en el respeto de su soberanía”, manifestó.