- El partido del presidente chipriota, Nikos Anastasiadis, el conservador y gobernante DISY, ganó las elecciones legislativas celebradas ayer en Chipre, al obtener el 27,72 % de los votos, según los resultados provisionales tras el escrutinio del 99% de los votos.

En segundo lugar quedó nuevamente el partido izquierdista AKEL, con el 22,33% de los sufragios, seguido de DIKO, de ideología nacionalista grecochipriota, con el 11,31%. Las tres primeras formaciones cedieron, sin embargo, cada una en torno a tres puntos.

La sorpresa del día la dio el ultraderechista Frente Nacional Popular (ELAM), partido hermano del neonazi griego Amanecer Dorado, que logró ascender tres puntos hasta el 6,75%, quedando así como cuarta fuerza política, empatado en porcentaje pero con un puñado de votos más que el socialdemócrata EDEK.

Una entrada triunfal en el Parlamento la logró el partido DIPA, una escisión del centrista DIKO, que entró en la cámara con un 6,1 % de los votos.

La pérdida de votos de los principales partidos refleja la insatisfacción de la ciudadanía con las fuerzas políticas tras la serie de escándalos de corrupción que sacudieron la política chipriota. La participación fue del 65,73%, quedando así ligeramente por debajo de la de 2016 en que ya se había registrado una alta abstención.

Algo mas de medio millones de personas estaban llamadas a elegir los 56 asientos del hemiciclo correspondientes a la comunidad grecochipriota.

En principio, la Cámara cuenta con 80 asientos, de los cuales 24 están reservados para los turcochipriotas, pero esos escaños están desiertos desde 1963, cuando se intensificó la violencia interétnica y esa comunidad decidió abandonar el Parlamento y los demás puestos en el Gobierno. Aunque el Parlamento tiene un poder que se limita estrictamente a la labor legislativa, pues Chipre tiene un sistema presidencialista, la actitud de los partidos tiene un papel determinante para la reunificación de la isla.