- La Comisión Europea (CE) quiere colaborar con el presidente estadounidense, Joe Biden, para reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) e impulsar el multilateralismo, pero al mismo tiempo es consciente de que tendrá que defender sus intereses de forma autónoma para afrontar retos como los que plantea China.

El Ejecutivo comunitario presentó ayer su nueva estrategia comercial para los próximos años, teniendo en cuenta que la Unión Europea (UE) deberá desenvolverse en “un mundo caracterizado por el conflicto geopolítico y la economía convulsa”, según dijo el vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis.

El dirigente letón, responsable de la cartera comercial, definió la estrategia con tres palabras: “Apertura, sostenibilidad y asertividad”.

Bruselas quiere defender a las empresas y los trabajadores, teniendo en cuenta que en la UE hay 35 millones de empleos de alta calidad que dependen del comercio y que, en la próxima década, el 85% del crecimiento global ocurrirá fuera de Europa, según dijo Dombrovskis.

Por eso, “incluso si la crisis actual alimenta la tensión, mirar hacia nosotros mismos no es la respuesta”, apuntó.

Aunque también quiere asegurarse de que “dispone de las herramientas necesarias” para defender sus intereses en los 46 acuerdos comerciales que la UE tiene con terceros países o bloques regionales.

Ante los retos que plantean China para la libre competencia y las medidas unilaterales tomadas por el expresidente de EEUU Donald Trump, Bruselas quiere colaborar con Biden para mejorar la OMC, sobre todo su órgano de apelación -ahora mismo bloqueado- e impulsar así el multilateralismo.

“La relación transatlántica es la más grande y económicamente más importante del mundo”, subraya el documento, asegurando que “la Administración de EEUU brinda la oportunidad de trabajar juntos para reformar la OMC, incluso reforzando su capacidad para abordar las distorsiones a la competitividad”.

Según el vicepresidente de la CE, el reciente nombramiento de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala como directora general de la OMC también supone un “impulso” para ir en esa dirección.

Además, la UE quiere llegar a un acuerdo con Washington para eliminar los aranceles mutuos a las importaciones del acero y el aluminio y los relativos a la disputa por los subsidios a Airbus y Boeing.

“Podemos trabajar de forma bilateral para resolver las disputas comerciales y también en el plano multilateral”, dijo Dombrovskis.

“El rápido ascenso de China, que demuestra ambiciones globales (...), ha cambiado fundamentalmente el orden económico y político global. Esto plantea desafíos cada vez mayores para el sistema de gobernanza económica mundial y afecta a la libre competencia para las empresas europeas que compiten globalmente”, asegura la estrategia presentada por la Comisión.

El Ejecutivo comunitario quiere que Pekín asuma “más obligaciones en el comercio internacional” y es consciente de que la UE debe lidiar con los “efectos negativos” que genera la intervención estatal china en la economía.

En este sentido, Bruselas cree que el reciente acuerdo de inversiones firmado en diciembre con China -que facilita la inversión en el país asiático para las empresas europeas- supone avanzar en esa dirección.

Respecto a las relaciones comerciales con Asia, Dombrovskis destacó también el “compromiso” de la UE para avanzar en las negociaciones con Australia y Nueva Zelanda.

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Objetivos. La Unión Europea se ha marcado tres objetivos: apoyar la recuperación y las transiciones verde y digital, dar forma a una globalización “más sostenible y justa” y dotar a la UE de mayor capacidad para “perseguir sus intereses y defender sus derechos”.

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Mercosur. El Ejecutivo comunitario quiere avanzar en la ratificación del acuerdo con el Mercosur, firmado en 2019, tras más de 20 años de negociaciones. Actualmete hay reticencias de la Eurocámara y países como Francia, Austria, Bélgica o Países Bajos a ratificar el acuerdo alegando que no contienen suficientes cláusulas para proteger el medioambiente.