- La ONG Transparencia Internacional (TI) advirtió ayer que la Unión Europea (UE) tiene aún un “largo camino” para poder asegurar que su toma de decisiones no es opaca para el gran público en un momento en el que “optar por el secretismo hace que los ciudadanos acaben pagando el pato”.

Así se desprende de un estudio elaborado por esta organización, que recoge los progresos y deficiencias en el área de transparencia e integridad en la Comisión, el Parlamento y el Consejo y apunta a déficits en la publicación sistemática de documentos, las reuniones secretas con grupos de presión o la falta de cumplimiento de los códigos éticos.

“La transparencia nunca había sido tan importante. La crisis con los contratos de las vacunas podría haberse evitado o mitigado con mayor transparencia”, opinó el director de la oficina en Bruselas de TI, Michiel van Hulten.

Transparencia Internacional señaló que la Comisión Europea “está más avanzada en sus medidas de transparencia que la mayoría de gobiernos nacionales y otras entidades europeas” y reconoció que su rendición de cuentas al Parlamento “ha mejorado en los últimos años”. Sin embargo, TI advirtió que las respuestas de la Comisión a las peticiones ciudadanas de acceso a documentos suelen interpretarse como “restrictivas”.

Entre los puntos positivos, TI destaca que la Eurocámara pone a disposición pública la mayoría de los documentos que produce, y señala mejoras “significativas” en cuanto a la transparencia de las reuniones entre eurodiputados y grupos de presión. No obstante, juzga con dureza el sistema de decisiones sobre las dietas y beneficios que reciben los eurodiputados.

Respecto al Consejo, que representa a los gobiernos nacionales, TI alerta de que se trata de un organismo híbrido, ya que funciona como institución comunitaria pero también como representación de los Estados miembros y que, precisamente por esto, no rinde cuentas ante la ciudadanía europea y puede ignorar las llamadas a una mayor transparencia.