- Dos semanas después de verse obligado a anunciar la dimisión en bloque de todo su gobierno por el escándalo de las ayudas a las familias, la popularidad del primer ministro neerlandés en funciones, Mark Rutte, de cara a las elecciones de marzo sigue intacta en las encuestas, a pesar de que se le multiplican las polémicas y las protestas.

El partido liberal (VVD), liderado por Rutte en las tres elecciones que se celebraron desde 2010 y su cara visible para los comicios del 17 de marzo, sigue siendo, con diferencia, el partido más grande del Parlamento neerlandés, con las votantes dándoles entre 41 y 45 escaños, frente a los 32 que tiene en la actualidad, según recoge Peilingwijzer, que combina varias encuestas electorales.

Con estos resultados, los liberales obtendrían más del doble de escaños que los otros partidos con amplia representación en el Congreso de La Haya, que obtendrían entre 10 y 20 asientos. Esto incluye a los que están actualmente en la coalición que lidera Rutte: Llamada Democristiana (CDA) obtendría un máximo de 19 diputados y los progresistas D66 alcanzarían 15.

El segundo partido más grande, después de los liberales, seguirá siendo el ultraderechista Partido de la Libertad (PVV), del antiislamista y eurófobo Geert Wilders, que se mantiene entre los 17 y 21 escaños, es decir, en torno a los 20 diputados que ya tiene en la actualidad. En la izquierda, los verdes y los socialdemócratas se quedarían con un máximo de 13 escaños cada uno.

Según el politólogo Tom Louwerse, creador de Peilingwijzer, los votantes consideran el escándalo de las ayudas a las familias, que condujo a unos 30.000 padres a la ruina acusados sin fundamentos de fraude fiscal, fue un “fracaso colectivo” y responsabilizan directamente a la Agencia Tributaria y a los funcionarios involucrados de lo ocurrido, y no a los ministros o al propio Rutte.

La mayoría de los neerlandeses creen que la dimisión en bloque de todo el Gobierno el pasado 15 de enero fue necesaria, pero más de la mitad subrayan que, con esa dimisión ya hecha, la lucha contra la pandemia es una cuestión más urgente que gestionar el escándalo de las ayudas a las familias.

“Esto no significa que no habrá votantes que se marchen del VVD, pero también hay quien se mueve hacia el VVD, por lo que no hay consecuencias visibles para Rutte, que es uno de los políticos más apreciados durante la pandemia”, añade Louwerse, que analiza encuestas encargadas por la televisión NOS.

La introducción del toque de queda el 23 de enero tampoco ha tenido efectos en la popularidad de Rutte, quien tuvo que hacer frente a cuatro días consecutivos de protestas y disturbios. Después de casi un año de pandemia con medidas quirúrgicas y un confinamiento “inteligente” que dejó en manos de la sociedad la decisión de aislarse y mantener la distancia social, la llegada del toque de queda supuso la introducción de la primera restricción dura por la covid.

Además, Países Bajos se encuentra a la cola de las campañas de vacunación en la UE, solo mejor que Bulgaria, una polémica que acentúa las críticas al Gobierno en funciones, en especial al ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, después de que Países Bajos fuera el último en empezar a vacunar a sus ciudadanos.

Los problemas con la producción de de AstraZeneca y la entrega de menos dosis a la UE golpean especialmente a Países Bajos, que había diseñado su campaña de vacunación contando con que este fármaco -que requiere menos logística- sería el primero en recibir licencia, pero cuando la autorización la obtuvo Pfizer, el Gobierno neerlandés no tenía suficiente espacio de refrigeración.

La Haya aún pretende usar el antídoto de AstraZeneca en la mayor parte de la población, por lo que se está viendo obligada a retrasar las vacunaciones, con la esperanza de que entregue las dosis prometidas durante el primer trimestre.

Otra de las heridas abiertas en Sanidad es el robo y venta de datos personales de ciudadanos que se sometieron a una PCR para detectar la covid desde el comienzo de la pandemia: el tráfico de información privada, que incluía direcciones y números de la seguridad social, ha dejado a miles de personas en riesgo de ser víctimas de fraudes con robo de identidad.

De Jonge, que ya es parte de un gobierno que dimitió en bloque, tendrá que dar explicaciones por el robo de datos por parte de unos empleados de las juntas sanitarias regionales (GGD) en un debate parlamentario esta semana donde crecen las voces que exigen su dimisión como parte del Ejecutivo en funciones, un caos en La Haya a mes y medio de las legislativas y que mantiene intacto a Rutte.

Países Bajos pide consejo sobre su propio sistema. Por primera vez en su historia, Países Bajos pide un escrutinio externo, internacional e independiente de sus poderes judicial, legislativo y ejecutivo, un análisis exhaustivo de la situación nacional del Estado de derecho. El análisis lo harán los expertos de la Comisión de Venecia, especializada en supervisar los DDHH y la democracia desde Estrasburgo. El promotor de esta decisión sin precedentes, que logró el respaldo de la mayor parte del Congreso, es el democristiano Pieter Omtzigt, político que registró 600 preguntas parlamentarias para sacar a la luz el mayor escándalo político de la década de Rutte.