- Obligados a seguir los cursos a distancia, con crecientes problemas económicos y hasta de salud mental, los universitarios franceses se movilizaron ayer para pedir al Gobierno ayudas y la reanudación parcial de las clases. Estudiantes de toda Francia salieron a la calle para denunciar estos efectos devastadores de la crisis sanitaria y para pedir volver a las aulas de forma presencial, incluso si es en pequeños grupos y solo dos veces por semana.

Miles de estudiantes son incapaces de pagar el alquiler de sus apartamentos al no trabajar en los puestos que ofrecen las universidades, que continúan cerradas desde finales de octubre, cuando se estableció el confinamiento general en todo el país.

En las últimas semanas se han multiplicado los testimonios, denuncias e informaciones de universitarios con problemas de salud mental, que toman antidepresivos de forma habitual e incluso con casos de suicidio. Tradicionalmente muchos estudiantes franceses se independizan al marchar a la universidad y se mantienen a través de empleos informales o a tiempo parcial, la mayoría en sectores como la hostelería ahora cerrados por la pandemia. Por ello, muchos han tenido que volver a la casa de sus padres o subsisten de mala manera, incluso buscando comida desechada en supermercados o pidiendo alimentos.

No solo estudiantes, también algunos legisladores, han planteado que los universitarios más necesitados reciban un ingreso mínimo vital, y los universitarios piden ayudas como las que reciben las empresas. Para estos jóvenes, las dificultades no son sólo financieras: la mayoría cambió de ciudad para estudiar y al no poder ir a clase y al estar cerrados bares, restaurantes o cines, hacer amigos es imposible. Muchos también han abandonado las clases porque no son capaces de seguirlas a distancia.