- La Unión Europea confía en que las negociaciones sobre la relación con el Reino Unido tras el brexit lleguen a buen puerto y se logre un acuerdo en los próximos días u horas, mientras la Eurocámara avisa de que solo podrá ratificar el pacto si se consigue antes de la medianoche del domingo.

El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, se mostró optimista sobre un posible acuerdo en las próximas horas. “Los problemas de una salida sin acuerdo son tan grandes que creo que se impondrá la necesidad del pacto”, aseguró.

Sin fijar horarios, pero en un tono positivo, el negociador comunitario, Michel Barnier, afirmó que se ha logrado un “buen progreso”, si bien advirtió de que persisten “los últimos escollos”.

Desde que el pasado domingo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, decidieran que la negociación continuara para ver si era posible obtener el pacto antes de fin de año, un cauto optimismo parece haberse adueñado del club comunitario. “Tal y como están las cosas, no puedo decirles si habrá un acuerdo o no, pero sí puedo decirles que hay un camino hacia un acuerdo”, dijo Von der Leyen durante una comparecencia ante el Parlamento Europeo.

Precisamente, tras reunirse ayer con Barnier, los líderes de los grupos parlamentarios de la Eurocámara rechazaron en un comunicado iniciar los trámites para ratificar un potencial acuerdo del brexit antes de que acabe 2020 si no reciben el texto final para este domingo, 20 de diciembre, ya que no dispondrían de suficiente tiempo para hacer el escrutinio del pacto si les llegase más tarde.

El Parlamento está “preparado para organizar un pleno extraordinario a finales de diciembre en caso de que se llegue a un acuerdo antes de la medianoche del domingo, para que el Parlamento Europeo pueda debatir el resultado de la negociación y dar o no su consentimiento”.

Los líderes aseguran que su disposición depende también de que “tengan acceso a un texto de cualquier acuerdo” antes de que este se les refiera de manera formal, y piden a la Comisión Europea que envíe a los eurodiputados un texto provisional lo antes posible.

El Parlamento Europeo lleva semanas advirtiendo de que ostenta la competencia de revisar los acuerdos comerciales a los que llega la Unión Europea con terceros países e insistiendo en que necesitará tiempo para realizar un escrutinio de los textos, que cuentan con cientos o incluso miles de páginas.

Una vez que el Parlamento reciba el texto, la Eurocámara debe convocar un pleno de dos días para anunciar la recepción del pacto y su remisión a las comisiones competentes, para que den luz verde y lo devuelvan al pleno para su votación final al día siguiente.

El Consejo también puede decidir llevar a cabo una aplicación provisional sin el consentimiento del Parlamento Europeo, que validaría el pacto ya después del 1 de enero, aunque sería una decisión muy controvertida y todas las partes en Bruselas coinciden en que es mejor evitarla.

Si el acuerdo no se logra y ratifica en la Eurocámara y en el Reino Unido antes del 1 de enero, cuando la legislación comunitaria habrá dejado de aplicarse en territorio británico, los intercambios comerciales pasarán a regirse por las normas más generales y menos favorables de la Organización Mundial del Comercio.

Eurocámara preparada. El Parlamento Europeo “está listo” para organizar un pleno extraordinario a finales de diciembre en el que se pueda debatir el resultado de la negociación y considerar si da su consentimiento.

Revisión de los acuerdos. Los eurodiputados llevan tiempo pidiendo a la Comisión Europea que les envíe el texto provisional lo antes posible, ya que son ellos quienes deben revisar el acuerdo.

Comisiones competentes. Los parlamentarios remitirán el texto a estas comisiones, que decidirán su aprobación y lo devolverán al pleno de los eurodiputados para que le den su aprobación definitiva.

Alternativa. Existen mecanismos suficientes para que el Consejo pueda prescindir del consentimiento del Parlamento Europeo, pero sería una decisión muy controvertida y que todas las partes de Bruselas coinciden en evitar.