a presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se estrenó esta semana ante el pleno del Parlamento Europeo en su primer discurso sobre el estado de la UE. Bajo el lema “Una Unión de vitalidad en un mundo de fragilidad”, la jefa del Ejecutivo comunitario ha planteado una agenda para los próximos doce meses, con propuestas claras y sin recurrir a la retórica. Concreta y concisa, ha expuesto las prioridades para el 2021: la pandemia del Covid-19, la ambición climática, un pacto por la migración y una nueva agenda transatlántica. Ante las incertidumbres y las fragilidades, la receta que propone para Europa no es otra que la fortaleza en forma de vida, gracias a la unión de todos los europeos. Un futuro que propone un nuevo modelo de sociedad basado en la transformación climática en virtud de las políticas verdes y la adecuada regulación de la nueva era digital con la Inteligencia Artificial como protagonista.

La lucha contra la pandemia no ha concluido ni mucho menos, por desgracia como ha recordado Von de Leyen nos va a acompañar todavía mucho tiempo. De ahí que una de sus propuestas estrellas partiendo de la base de haber aprendido la lección, es la creación de una UE de la Sanidad tras las debilidades y escaseces de material y coordinación que ha puesto de manifiesto la pandemia en suelo comunitario. Creará, para ello, una nueva Agencia para la Investigación y el Desarrollo en Biomedicina, bautizada ya como BARDA. También ha cogido el toro por los cuernos al hablar de la gran vergüenza europea de la última década: las terribles imágenes de la migración que llega a Europa. En esta línea, avanzó que presentará un Plan de Asilo y Migración “humano” ya, la próxima semana. Respecto a la política exterior, propone un cambio de actitud en la relación con Estados Unidos, el aliado histórico de Europa, cuya amistad se ha visto dañada por la política de enfriamiento que Trump ha desplegado a lo largo de su mandato. Pase lo que pase en los comicios de noviembre, Bruselas preparará una nueva “agenda” para “fortalecer la relación transatlántica.

La presidenta hizo gala de inteligencia oratoria al referirse a la grave situación que atraviesa la negociación de salida del Reino Unido de la UE, toda vez que Boris Johnson se ha empeñado en aprobar una Ley que incumple el Acuerdo firmado el pasado año. “El Reino Unido no incumple tratados. Será negativo para el Reino Unido y para sus relaciones con el resto del mundo y sus futuros acuerdos”, ha afirmado Von der Leyen parafraseando nada menos que a Margaret Thatcher, quien se expresaba así en sus días de premier al referirse a la relación entre Londres y Bruselas. Pero también dio un buen repaso a los Estados inmersos en expediente por parte de la Comisión por violaciones de los derechos fundamentales. Los gobiernos de Polonia y Hungría habrán tomado buena nota de la nueva propuesta sobre la Ley Magnistky, que tiene por objetivo sancionar los abusos de derechos humanos. Tan ambiciosa ha sido Von der Leyen que ha recogido la vieja aspiración de su antecesor Juncker de pasar de la unanimidad a la mayoría cualificada en asuntos de derechos humanos e imposición de sanciones.

El aumento del objetivo del 40% al 55% de reducción de emisiones para 2030 fue uno de los temas estrella de su discurso. Además, el 30% de los 750.000 millones del Plan de Recuperación se recaudará a través de “bonos verdes”. La voluntad es clara, Europa quiere ser el ejemplo a seguir en mundo en la acción climática. Nade menos que el 37% del Plan de Recuperación dotado con 750.000 millones de euros se destinarán a financiar propuestas alineadas con los objetivos climáticos. También pretende la presidenta de la Comisión que Europa sea líder en la nueva era digital que va a marcar esta tercera década del siglo XXI. La Comisión propondrá un plan conjunto “con objetivos claros para 2050”. Además, protegerá el derecho a la privacidad, al acceso o a la ciberseguridad. Entre sus planes, la elaboración de una nueva identidad digital válida para transacciones en toda Europa. Una de las apuesta de la Comisión es crear una nube europea basada en el sistema Gaia X para proveer de una infraestructura de datos segura y competitiva. Con todo, su principal reflexión la puso en cierre de sus palabras: “El futuro será resultado de lo que hacemos. Y Europa será lo que queramos que sea. Pongámonos manos a la obra y construyamos el mundo en el que queremos vivir. Larga vida a Europa”. Difícil no estar de acuerdo.