- El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, se enfrentó este lunes a la resistencia de un sector de su propio partido contra la ley que le permitirá modificar unilateralmente el acuerdo del brexit, que algunos tories critican por violar el derecho internacional.

El proyecto de ley, cuya retirada exigió la Unión Europea (UE), ha sido censurado por cinco antiguos primeros ministros británicos, entre ellos los conservadores Theresa May, David Cameron y John Major, junto a los laboristas Tony Blair y Gordon Brown.

Al presentar el texto ante la Cámara de los Comunes para su primer trámite parlamentario, Johnson argumentó que las medidas que propone son un “seguro” para evitar que Irlanda del Norte quede desligada en términos comerciales del resto del Reino Unido, en caso de que Londres y Bruselas no logren pactar su futura relación antes del límite del 31 de diciembre.

En caso de llegar finalmente a un pacto “nunca serían invocadas” las potestades que la ley otorga al Ejecutivo, aseguró el jefe de Gobierno, que aún ve posible el consenso, a pesar de que ambos lados del canal de la Mancha se mantienen alejados en las cuestiones más relevantes.

Uno de los conservadores de más peso que se ha sumado a las críticas es Sajid Javid, ministro de Economía hasta el pasado febrero, quien declaró que no comprende “por qué es necesario que el Reino Unido viole la legislación internacional”.

“Una de las mayores fortalezas y tradiciones del Reino Unido es el respeto a la legalidad. Nuestra duradera reputación por mantener nuestra palabra nos ha hecho una nación más estable, pacífica y próspera”, sostuvo en un comunicado Javid, que avanzó que no prevé respaldar esta noche la ley en su primera votación parlamentaria.

Otro de los golpes que ha sufrido Johnson es la crítica del ex abogado general del Estado Geoffrey Cox, quien jugó un papel relevante en las negociaciones del acuerdo de salida de la UE, firmado el pasado octubre. “La ruptura de la ley llevará en último término a un daño permanente y a largo plazo para la reputación de este país. Es también una cuestión de honor para mí. Nosotros firmamos y sabíamos lo que estábamos firmando”, recalcó Cox en declaraciones a la cadena Times Radio.

A pesar de las abstenciones y votos en contra entre los conservadores que pueda recabar la legislación, Johnson confía en que su amplia mayoría parlamentaria le permita superar el trámite en los Comunes, que concluiría previsiblemente el próximo martes.

En su intervención parlamentaria, Johnson acusó a la Unión Europea de utilizar el protocolo para Irlanda del Norte que se acordó el pasado año como carta para agregar presión sobre el Reino Unido en las actuales negociaciones de la futura relación.

Sin una “salvaguarda” adicional, sostuvo el primer ministro, Bruselas podría llegar a bloquear el comercio entre esa región británica y el resto del Reino Unido en caso de un brexit abrupto al término de este año. “Nuestros interlocutores, al otro lado, tienen la posibilidad de bloquear el transporte de alimentos y productos agrícolas dentro de nuestro propio país”, dijo Johnson.

Ante ese temor, el Gobierno quiere reservarse al derecho a eliminar las disposiciones pactadas para controlar las mercancías que viajen entre Irlanda del Norte y la isla de Gran Bretaña.

Para la Unión Europea, ese protocolo es esencial para mantener abierta la frontera terrestre entre las dos Irlandas, un requisito marcado por los acuerdos de paz que se firmaron en 1998.

La frontera de las dos Irlandas. El proyecto de ley de Boris Johnson viola el acuerdo de paz de Irlanda de 1998 porque supondría que se cerrase la frontera terrestre entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

El ex abogado general del Estado, que jugó un papel fundamental en las negociaciones del brexit, también se mostró crítico.