El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, constató este miércoles que los líderes de los Estados miembros siguen lejos de un consenso para acordar el próximo presupuesto europeo y el plan de recuperación tras la covid-19, y citó desacuerdos sobre condicionalidad o la fórmula de distribuirlo.

La próxima cumbre europea, el 17 y 18 de julio, será el segundo acercamiento de los líderes a la propuesta de la Comisión Europea para el presupuesto comunitario (1,1 billones de euros) y el plan de recuperación (750.000 millones), un planteamiento que, según Michel, tiene elementos que "no son aceptables para una serie de Estados miembros".

"Estoy haciendo lo que puedo para lograr un acuerdo. Mi impresión tras esta primera ronda de consultas es que aún no hemos llegado al final de la negociación y nos queda mucho trabajo que hacer", dijo el político belga ante el Parlamento Europeo.

Esta ronda de consultas telefónicas, "intensas y a veces difíciles pero siempre con espíritu constructivo", dará lugar antes del final de esta semana a una propuesta de compromiso y un nuevo borrador presupuestario por parte de Michel, quien se espera que proponga una dotación total menor a la que quería la Comisión.

Michel explicó que la ronda de llamadas le ha permitido identificar "seis bloques sobre los que construir", en los que se deberá hallar un "equilibrio político" para cerrar el paquete presupuestario.

Entre ellos, citó el volumen total del presupuesto y el fondo de recuperación, los reembolsos de los que se benefician algunos Estados miembros por aportar más de lo que reciben o los criterios para la distribución de los fondos, que algunos Estados miembros creen están basados en datos previos a la crisis del coronavirus. "Estamos explorando la idea de incorporar cierto dinamismo en los criterios", detalló el presidente del Consejo.

También constató discrepancias sobre el hecho de que la mayor parte del fondo de recuperación llegue a los Estados en forma de transferencias a fondo perdido, un principio que resulta "problemático" para varios Estados miembros, según dijo Michel.

Además, deberá ponerse sobre la mesa la llamada condicionalidad asociada al desembolso de las ayudas, que se podrían vincular a criterios como las reformas, el cumplimiento del Estado de derecho y la protección del clima.

Michel también reconoció que se está trabajando en la introducción de recursos propios, nuevos gravámenes para alimentar el presupuesto europeo, y señaló que "se ha trabajado mucho", aunque aún hay ciertas reticencias, sobre el impuesto al plástico no reciclado y la posibilidad de ampliar el sistema de comercio de derechos de emisiones. También hay "cierto apoyo" a nuevos impuestos a los gigantes digitales y a las transacciones financieras.

Otro punto de posible consenso, destacó el presidente del Consejo Europeo, podría hallarse en adelantar los plazos de devolución del principal y los intereses de la deuda de este plan a antes de lo que había propuesto la Comisión, que lo fijaba a partir de 2028.

Michel incidió en la necesidad de ceder y hallar compromisos para llegar a un acuerdo, reconoció que "algunos Estados miembros tienen más voluntad de cooperar que otros" y pidió también que la cooperación entre instituciones "esté a la altura" de las circunstancias.

"Si alguien, sea un Estado miembro o una institución, se mantiene inamovible en su postura inicial, no habrá solución y no estaremos a la altura del desafío", advirtió.