- La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió ayer unir fuerzas dentro de la UE para luchar hasta el fondo contra el racismo y la discriminación, avisando de que existe una desigualdad “sutil” que se produce en el mercado laboral o el sistema de justicia.

“No sé lo que es ser negro o ser miembro de una minoría étnica, religiosa o sexual, ser tratado de manera diferente por mi apariencia, día tras día, a la hora de buscar trabajo o una vivienda. Casi todos los que estamos sentados en esta cámara no lo sabemos, pero tenemos una oportunidad”, afirmó en su intervención en el debate sobre las protestas raciales tras la muerte en Estados Unidos del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de la Policía. A su juicio, la Unión debe ir más allá de denunciar casos como el de Floyd y debe afrontar de manera franca la discriminación “sutil” que se da en el mercado laboral, en las fuerzas de seguridad, en la justicia, en la sanidad, en la educación, en las cuestiones migratorias o en la arena política.

“Debemos unir fuerzas a todos los niveles desde las instituciones, regionales, nacionales y europeas, desde el marco público y el privado, para construir una Europa más igualitaria, humana y justa. En nuestra Unión no hay hueco para la discriminación, eso es seguro”, señaló y pidió que el eslogan de la Comisión, unidos en la diversidad, sea una realidad en la Unión.

Por todo ello, Von der Leyen instó a discutir de “acciones” ante el racismo, ya que “siempre se puede cambiar de dirección si hay la voluntad política” y puso como ejemplo la renovación de los procesos de reclutamiento en el Ejército alemán, durante su etapa como ministra, cuando se empezó a valorar el dominio de lenguas como el árabe.

La inmensa mayoría de intervinientes en el debate se mostró a favor de adoptar medidas para corregir el racismo que se produce en Europa, con especial vehemencia los eurodiputados con orígenes extranjeros. Si bien, parlamentarios de la extrema derecha insistieron en que el caso de Floyd no debe desembocar en ataques contra la sociedad europea, la Policía o en situaciones de “racismo contra blancos”.

La presidenta de los Socialistas y Demócratas, Iratxe García, recalcó que la clase política tiene la obligación de erradicar el racismo estructural en la UE y para ello debe dotarse de nuevos instrumentos legislativos, como la directiva europea a este respecto que lleva aparcada desde 2008. “Desde la UE debemos hablar alto y claro. Quiten para siempre las rodillas blancas de los cuellos negros. Al fin iguales”, subrayó, mientras vestía una camiseta negra con el lema Black Lives Matter.

Para Esteban González Pons, del PP, el racismo es la pandemia más antigua que sufre la humanidad y hay que poner en cuarentena a los racistas e invertir lo que haga falta en una vacuna. “No se cura solo con leyes, con propaganda, insultando a policías o derribando estatuas, sino con educación y con cultura”, argumentó.

De su lado, el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch recordó los ataques del presidente de la Generalitat, Quim Torra, contra los hispanohablantes para recordar que el racismo sucede también en la UE. Aunque calificó de “acción criminal” la muerte de George Floyd, aseguró que el caso ha generado una “oleada de racismo contra el sistema norteamericano” y está siendo utilizado políticamente contra Estados Unidos y su presidente, Donald Trump.

Al inicio del debate la eurodiputada verde alemana Pierrette Herzberger-Fofana denunció un caso de racismo policial vivido en primera persona en Bélgica, en un relato que ha levantado el aplauso mayoritario de la Eurocámara.