- El creciente descontento de la Policía francesa por las críticas de racismo y violencia contra sus agentes ha puesto contra las cuerdas al ministro del Interior, Christophe Castaner, al que acusan de abandonarles.

El sindicato Alliance Police Nationale encabezó ayer en París la última protesta, donde reclamó un apoyo firme del Ejecutivo y lamentó que se haya instaurado contra los policías una “presunción de culpabilidad”. El detonante fue la publicación la semana pasada de un nuevo informe forense que atribuyó la muerte del joven negro Adama Traoré en 2016 a la brutalidad de los agentes.

“Estamos hartos de escuchar que la policía es racista. No estigmaticemos a todos los policías. El Gobierno debe darnos los medios para trabajar y sancionar a quienes nos agreden y masacran”, dijeron desde Alliance.

Las advertencias de Castaner de que si hay “sospechas demostradas” de racismo sobre un agente deberá ser suspendido les han soliviantado y disparado la tensión con el Cuerpo, que dice que las declaraciones de Castaner son “la gota que colma el vaso”, tras la presión vivida en las protestas de chalecos amarillos o las huelgas contra la reforma de las pensiones.

Entre quienes también reclaman la salida de Castaner están el partido izquierdista La Francia Insumisa o la líder ultraderechista Marine Le Pen, que según el instituto demoscópico Ifop fue votada por el 54% de los policías en la primera vuelta de las presidenciales de 2017.