París - Un grupo de oponentes a Emmanuel Macron intentaron reventar, en la noche del viernes al sábado, una representación teatral en París a la que asistía el presidente francés, que fue sacado de la sala momentáneamente por su equipo de seguridad antes de volver al final de la obra. Varias decenas de personas se concentraron delante del teatro de las Bouffes du Nord, en el noreste de la ciudad, e intentaron penetrar en el interior durante la representación de La Mouche, que había comenzado a las 20.30 locales. Imágenes colgadas en la red del incidente por un colectivo de chalecos amarillos muestran cómo agentes de policía que se encontraban allí consiguieron impedir la intrusión.

Los participantes coreaban algunos de los lemas habituales de ese movimiento de protesta, así como otros de rechazo de la reforma de las pensiones, unidos a gritos que pedían la dimisión de Macron. Un conocido militante y periodista, Taha Bouhafs, fue detenido durante los incidentes. Bouhafs fue uno de los que, en su cuenta de Twitter, había divulgado la presencia en la sala del jefe del Estado, al que agentes de su servicio de seguridad extrajeron junto a su esposa, Brigitte.

Ambos volvieron y presenciaron el final del espectáculo. Una fuente de su entorno citada por Le Parisien hizo saber que "el presidente continuará acudiendo al teatro como acostumbra a hacer y velará para que la libertad de expresión, la libertad de los artistas y la libertad de creación no se vea perturbada por acciones políticas".

No ha sido el primer incidente de este tipo en el que se ve implicado el presidente o miembros de su Gobierno en el contexto de las protestas de los chalecos amarillos o por la reforma de las pensiones, contra la que este sábado se cumple el cuadragésimo quinto día consecutivo de huelga en los ferrocarriles y en el transporte metropolitano de París.

Boicot a ministros El viernes, el Ministerio de Cultura anunció la anulación de un acto de su titular, Franck Riester, para felicitar el año nuevo al mundo de la cultura al saberse que la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato que lidera la contestación contra la reforma de las pensiones, preparaba un sabotaje.

La secretaria de Estado para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, Marlène Schiappa, tuvo que abandonar el jueves una reunión política organizada en un restaurante en la capital con ocasión de su candidatura para las elecciones municipales en el distrito XIV de París ante los abucheos de medio centenar de manifestantes. Las tensiones por esa reforma de las pensiones se hicieron evidentes también este viernes con la intrusión de varias decenas de activistas, entre ellos algunos sindicalistas, en la sede en París de la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), envuelta en polémica sobre la realidad de la violencia de los manifestantes.

La CFDT se ha convertido en la principal baza del Gobierno de Macron con su posición en favor del eje estructural de la reforma, lo que ha generado discordia con la intersindical que encabeza la CGT que exige la retirada del proyecto.

Las fuerzas del orden detuvieron ayer a una quincena de personas que participaban en París en una de las habituales manifestaciones de los chalecos amarillos de los sábados, indicó la Prefectura de Policía en su cuenta de Twitter.

Los arrestos se produjeron a las 13.15 locales (12.15 GMT) en torno a la calle de Chateaudun, en el distrito IX de la ciudad, cuando un grupo de encapuchados se puso en cabeza del cortejo, lo que hizo sospechar en que se podía preparar alguna acción violenta.

La Prefectura habló de una intervención de los agentes para dispersarlos y evitar que se constituyera lo que se conoce como un bloc, un grupo de violentos.

La manifestación, para la que se había solicitado autorización oficial, había salido por la mañana desde la Puerta de Champerret, en el extremo noroeste de París, y atravesaba toda la ciudad en dirección de la estación de Lyon, al sureste, donde estaba previsto que finalizara.

Los participantes coreaban sus lemas habituales, entre los que destacan las peticiones de dimisión al presidente francés, Emmanuel Macron, y a su Gobierno, así como las reclamaciones para que retire su reforma de las pensiones. Los chalecos amarillos, que llevan más de quince meses de protestas continuadas todos los sábados, se han asociado repetidamente en las últimas semanas con los sindicatos que han organizado huelgas y manifestaciones desde el 5 de diciembre contra la reforma de las pensiones. - Efe