La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha alertado de que, debido tanto a la globalización como a los efectos del cambio climático, la presencia de la mosca negra es "un potencial riesgo de salud pública", por lo que pide que se tomen las medidas de prevención adecuadas para su control.

"El cambio climático y la globalización son dos factores muy potentes para que esto se produzca. La única manera que tenemos de evitarlo es que las Administraciones Públicas vuelquen todos sus esfuerzos en el control de esta especie que está muy cerca de llegar a convertirse en un importante problema de salud pública en España", ha explicado el presidente de ANECPLA, Sergio Monge.

La entidad señala que la mosca negra es transmisora de graves enfermedades infecciosas como la oncocercosis, endémica de varios países del África subsahariana, Brasil y Venezuela, donde según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay alrededor de 18 millones de personas infectadas y cerca de 270.000 se han quedado ciegas debido a esta enfermedad también conocida como 'ceguera de los ríos'.

Precisamente, los cauces de los ríos son las zonas de reproducción de la mosca negra, especialmente en aquellos que se encuentran especialmente limpios y concretamente en la vegetación flotante, la cual queda al descubierto cuando el nivel del agua comienza a descender.

Así pues, ANECPLA recuerda que es precisamente ahora el momento idóneo para comenzar las labores de prevención y control de esta especie. "Lo ideal es ampliar las campañas de prevención y no ceñirlas exclusivamente a los meses de verano. De esta manera se podrán aplicar tratamientos larvicidas que combatan la plaga desde los estadios más primarios de desarrollo de los individuos. Este tipo de tratamientos son además lo más inocuos tanto para el resto de especies como para las propias personas", ha afirmado Monge.Cifras nunca vistas

En la actualidad, indica la entidad, las regiones españolas más afectadas por la presencia de mosca negra son Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia, donde este insecto autóctono de unos 6 mm de longitud ha crecido hasta cifras nunca vistas, debido fundamentalmente al aumento de las temperaturas de los últimos años.

"El problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos requieren hospitalización", ha detallado el director general de ANECPLA, Jorge Galván.

La mosca negra muerde, provocando un pequeño desgarro en la piel de su víctima. Comienza inoculando una pequeña dosis de anestésico, que le permite morder sin que el individuo afectado se dé cuenta. Su saliva es la que suele provocar fuertes cuadros de alergia y dolores fuertes en la zona. El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón que puede llegar a durar hasta un mes, tal y como ha detallado.

En caso de sufrir una mordedura, es importante no rascarse, ya que puede empeorar la herida y hacer que se infecte. Se recomienda aplicar hielo para bajar la inflamación, o una pomada con un corticoide suave. Pero, sin duda, es recomendable acudir de inmediato al hospital o centro de salud más cercano e informar del caso para evitar un empeoramiento de la reacción.