El Departamento de Educación abrió ayer el plazo de matrícula del alumnado de Bachillerato para el curso 2022-2023 y, a día de hoy, los institutos no saben a ciencia cierta qué van a dar a partir de setiembre. Las familias y los estudiantes tampoco saben en qué consisten las modalidades a las que podrán optar, ni el perfil de salida que tiene cada una de ellas. Y por si la incertidumbre fuera pequeña, el alumnado de segundo de Bachillerato desconoce cómo le afectarán los cambios que introduce la reforma educativa (Lomloe), en un año clave porque en junio les esperará la Selectividad, ni los parámetros de ponderación, la forma de evaluación, ni los niveles de prioridad que se dará a las asignaturas para poder acceder a un grado universitario o a un ciclo de FP Superior.

Los últimos días esta es una de las preguntas más repetidas en los institutos de Euskadi: ¿Qué es el Bachillerato General, que ha sido rebautizado ya como el “Bachillerato light” o “el facilito”? Más que al Departamento de Educación habría que dirigir la mirada hacia el Ministerio de Educación para dar con los responsables de la situación de caos organizativo que viven todos los institutos y el mar de incógnitas en el que navega la comunidad educativa.

Y es que a tres meses de que finalice el curso y con la matriculación abierta en muchas comunidades autónomas, el proyecto de decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato aún está en periodo de consulta pública. Es más, el análisis de las miles de alegaciones presentadas al texto y de los dictámenes preceptivos seguirá abierto hasta el 31 de marzo. Es decir, que el cuerpo del nuevo Bachillerato Lomloe -que crea cinco modalidades: Ciencias y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, dos de Artes y otro General- ni siquiera se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

En realidad, la entrada en vigor del real decreto tras su publicación en el BOE solo sería la casilla número uno en el camino del desarrollo curricular de las 42 asignaturas, el diseño de los libros de texto o los criterios de evaluación que se van a emplear. Lo único cierto entre las muchas novedades que introduce la reforma es que los alumnos podrán pasar de primero a segundo con dos asignaturas suspendidas y que podrán presentarse a Selectividad con un suspenso.

Aun así, el Ministerio de Educación se ha negado a aplazar un año el nuevo Bachillerato, tal y como han solicitado comunidades gobernadas por el Partido Popular como Madrid o Castilla y León. El Departamento de Educación del Gobierno Vasco, por su parte, es consciente de los inconvenientes que la precipitada puesta en marcha del Bachillerato Lomloe está generando en los institutos aunque tiene las manos atadas por esta ley orgánica, por tanto, de obligado cumplimiento. “Esta situación desgraciadamente es bastante habitual cuando se produce un cambio legislativo en España, pasó con la LOE, pasó con la LOMCE y está pasando con la Lomloe”, afirman a NTM fuentes de Educación.

No obstante, el Gabinete que dirige Jokin Bildarratz ha dado pasos para intentar que el aterrizaje de la reforma sea lo menos traumática posible. En diciembre el Departamento remitió a las direcciones de los institutos los borradores del real decreto con las modalidades de Bachillerato, con los horarios y los criterios de evaluación que contempla la normativa para facilitar la organización del próximo curso. Además, se han mantenido reuniones informativas con los equipos directivos y en los próximos días se ha organizado una jornada informativa.

Ya sea por falta de matrículas o por las dudas que despierta la modalidad general -que ni es de ciencias ni de letras, sino todo lo contrario- la realidad es que el curso 2022-2023 solo se ofertará esta línea en 61 de los 205 centros que imparten Bachillerato en Euskadi. El Bachillerato General es quizás la modalidad más abierta de las cinco. En ella se mezclan materias de carácter científico, humanístico, socieconómico y artístico en un intento por que el estudiante no tenga que renunciar a estas áreas de conocimiento. Estaría pensado para distintos perfiles de alumnado, desde quienes no tienen muy claros sus intereses a quienes tienen otras dedicaciones (deporte, música) y no desean cerrarse la puerta de la universidad o de la FP. Encajaría bien entre quienes prefieren tomarse con calma su etapa de instituto ya que esta línea se puede cursar en tres años.

En primero estudiarán Matemáticas Generales, y tendrán que elegir otras dos materias, una de las cuales podrá ser Economía, Emprendimiento y Actividad Empresarial. La otra u otras dos, si no coge esta materia, podrán ser cualquiera de las materias de modalidad de primer curso que se impartan en las demás modalidades de Bachillerato. En segundo, estudiarán Ciencias Generales y otras dos materias de modalidad, una de las cuales podrá ser Movimientos Culturales y Artísticos. Habrá en total 42 asignaturas que incluirán la perspectiva de género. Por ejemplo, en Historia de Filosofía se estudiarán a Hipatia de Alejandría, Mary Wollstonecraft, Hannah Arendt o Simone de Beauvoir.

Hasta el 8 de abril. 205 centros ofrecerán la posibilidad de estudiar el Bachillerato en alguna de sus cuatro modalidades: Bachillerato de Ciencias y Tecnología; Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales; Bachillerato General; o Bachillerato de Artes. Este curso estudian Bachillerato 32.637 alumnos en Euskadi. De este modo, el periodo de inscripción se desarrollará del 28 de marzo al 8 de abril, mientras que la publicación listas provisionales de personas admitidas y no admitidas será el 11 de mayo.