Uno de cada cinco delitos investigados por la Ertzaintza se produce a través de Internet y los más frecuentes son la estafa, la usurpación de identidad y las amenazas y coacciones, según ha informado este lunes el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka.

Ekoreka ha comparecido en comisión parlamentaria para presentar la "Memoria 2021 de la Delincuencia en Euskadi", cuyas cifras se comparan también con 2019 ya que hacerlo solo con 2020 sería "irreal" porque ese año hubo fuertes restricciones de movilidad, distancia social y confinamiento doméstico por la pandemia.

La Memoria, que recopila datos de la Ertzaintza y de las policías municipales de más de 15.000 habitantes, constata una tendencia "claramente creciente" de la ciberdelincuencia con 16.103 infracciones, un 12,5 % más que en 2019. En este terreno los delitos más frecuentes fueron la estafa (14.338 casos y una subida del 7,8 %), la usurpación de identidad (651 y un 120 % más) y las amenazas y coacciones (584 y un 100 % más).

En total el año pasado se contabilizaron en Euskadi 111.594 infracciones penales de todo tipo, un 8,1 % menos que en 2019: en Bizkaia hubo 62.437 delitos (-8,1 %), en Gipuzkoa 33.108 (-3 %) y en Araba (-17,2 %).

Casi el 75 % de los delitos fueron contra el patrimonio, en concreto 82.989, y en relación a 2019 bajaron un 11,9 %, aunque Erkoreka cree que las cifras se van "acercando a umbrales prepandémicos". Dentro de este tipo delictivo, los más frecuentes fueron los hurtos, con 33.139 infracciones, un 21,4 % menos que en 2019.

El resto de delitos fueron contra las personas. Hubo 11 homicidios consumados, 2 menos que en 2020 y los mismos que en 2019: 6 en Gipuzkoa, 3 en Bizkaia y 2 en Álava y todos fueron esclarecidos. Dos de ellos fueron asesinatos machistas: Conchi que murió en Sestao el 12 de febrero y Erika en Vitoria el 12 de octubre. Ninguna había presentado denuncia.

Las agresiones sexuales (205) se redujeron un 7,2 % con respecto a 2019, pero crecieron casi un 29 % respecto a 2020. Dado que en muchos de estos delitos hay una relación previa entre víctima y autor, el nivel de resolución policial es alto, del 85,6%.

El resto de delitos contra la libertad sexual (abusos, acoso, exhibicionismo...) subieron un 12,3 % sobre 2019 y un 33,4 % sobre 2020, incrementos que el también viceconsejero vincula con un mayor número de denuncias por una mayor concienciación y no tanto con un alza de los actos delictivos.

La violencia de género y doméstica en su conjunto se mantuvo estable con 5.052 casos en 2021. En el caso concreto de la violencia machista (a manos de la pareja o expareja) se contabilizaron 3.873 casos, un 5,1 % menos que en 2019, pero un 1,5 % más de en 2020.

Los delitos de odio por su parte subieron de manera llamativa (un 263 % sobre 2019 y un 115 % sobre 2020) hasta llegar a los 277 casos, aunque Erkoreka lo achaca también a una mayor interposición de denuncias "fruto de una mayor conciencia y sensibilidad".

El principal motivo de los delitos de odio es el racismo y la xenofobia con 162 denuncias (un 194 % más en relación a 2019 y un 38 % más en relación a 2020) y la identidad y orientación sexual con 73 (+461 % y +46 % más, respectivamente).

El consejero ha destacado que la mayoría de delitos graves como homicidios o violaciones terminan con sus presuntos implicados detenidos, aunque ha admitido que esto no ocurre con infracciones menores como los hurtos, cuyos autores son "evanescentes" y es difícil dar con ellos porque muchas veces las víctimas no se percatan en el momento y no son capaces de identificarlos.

Ha apuntado además que un 4 % de las víctimas de un delito no denuncian porque consideran bien que se trata un hecho "irrelevante" o bien que no servirá de nada. Esta ausencia de denuncias se da en "delitos pequeños" como hurtos y no ocurre en los más graves como homicidios o violaciones, según ha precisado.