Más de 100 años de lucha por la consecución de la igualdad entre hombres y mujeres han hecho del 8 de Marzo uno de los acontecimientos mundiales más importantes de la historia. Como contribución al empoderamiento de las mujeres en el País Vasco, la Confederación de Cooperativas de Euskadi-KONFEKOOP y el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi (CSCE-EKGK) han rendido homenaje a quienes cooperan por la igualdad. Las puertas del Palacio Villa Suso de Vitoria-Gasteiz se abren para reconocer al Centro de Educación Infantil Umezaintza, a la cooperativa agroalimentaria Udapa y a Arantza Laskurain por sus esfuerzos en pos de la eliminación de la desigualdad en la empresa cooperativa vasca.

Más cooperativas, más igualdad es el lema que KONFEKOOP y el CSCE-EKGK para visibilizar a las empresas cooperativas vascas como "agente de igualdad". El origen de este homenaje data de 2019, cuando Rosa Lavín, presidenta de KONFEKOOP, y Belén Balerdi, secretaria general del CSCE-EKGK, decidieron "reivindicar y visibilizar los avances de la empresa cooperativa y el modelo socio empresarial en materia de igualdad, mujer y empoderamiento".

"Tenemos que ser un referente y no perder a personas que puedan aportar algo bueno al desarrollo de este país". Arantza Lazkurain, Premio Trayectoria 2022

Nada de ello habría sido posible sin la mayor precursora de todas: la Historia. Gracias a ella y a la nueva Ley de Cooperativas de 2019, KONFEKOOP ofrece servicios de apoyo e información para ayudar con la visibilización de la mujer en las cooperativas. De esta manera, pretende que los órganos de decisión y planes de igualdad de las empresas contribuyan al funcionamiento de una sociedad igualitaria, equilibrada y democrática.

Euskadi es una de las pioneras en materia de igualdad laboral entre hombres y mujeres en cooperativas a nivel estatal. En 1970, la cooperativa de mujeres Auzolagun de Mondragón dio el primer paso al decidir que era el momento de hacer ver a la sociedad que ellas "también podían aportar a la comunidad, tener las mismas oportunidades que los hombres y conciliar la vida laboral y la familiar", tal y como comenta Arantxa Lejarraga, directora de Umezaintza desde 1982 hasta 2002.

Por aquel entonces, la responsabilidad de la mujer con los hijos le imposibilitaba compaginar una vida laboral igual a la del hombre. Cuando resultaba casi imposible pensar en la posibilidad de equilibrar ambas vidas, Auzolagun creó la primera guardería laboral con el fin de que las trabajadoras tuvieran la posibilidad de dejar a sus hijos. "En su época hubo muchas críticas, la sociedad no estaba preparada; no se había dado cuenta de lo que eso suponía para las mujeres, y pese a ello, siguieron adelante", explica Lejarraga.

Adecuarse a las necesidades de la sociedad y cambios legislativos es esencial para conseguir una sociedad feminista. "Uno de los valores que hemos defendido desde nuestros inicios es la igualdad, por lo que en la cooperativa no discriminamos a nadie por razón de origen, religión o sexo", comenta Naiara López de Uralde, del Departamento de Marketing de Udapa, cooperativa agroalimentaria alavesa.

Realizar un reconocimiento especial a quienes luchan por la igualdad anima a conseguir la visibilización de los derechos y oportunidades de la sociedad. Arantza Laskurain, Premio Trayectoria 2022: "Vivimos en una sociedad que es muy diversa y compleja, y las empresas, sobre todo las cooperativas, no pueden estar fuera de estas sensibilidades. Tenemos que ser un referente y no permitirnos el lujo de perder a personas válidas y que puedan aportar algo bueno al desarrollo de este país. En momentos como este, el contacto, la formación y la sensibilidad son necesarios, social y empresarialmente".

"Es necesario el apoyo familiar, ya que si una mujer tiene una carrera profesional y puede ascender en ella, interpela a la sociedad". Rosa Lavín, presidenta de KONFEKOOP

Pese a diferenciarse del resto de modelos empresariales, la cooperativa, cuya fortaleza reside en la participación igualitaria de los trabajadores, se siguen encontrando sectores muy feminizados como el educativo, donde se encuentra Umezaintza, y sectores mayormente masculinizados como el industrial, el más fuerte de Euskadi. "Udapa ha puesto en marcha un Plan de Igualdad con el fin de disminuir la brecha de género, ofrecer salarios equitativos, facilitar medidas conciliadoras y evitar la discriminación sexista" cuenta López de Uralde.

Todavía resulta complicado para la mujer compaginar la responsabilidad de un puesto directivo con una vida personal, pese a encontrar cada vez más mujeres en puestos de relevancia. "También es necesario el apoyo familiar y de pareja, ya que el simple hecho de que una mujer tenga una carrera profesional y pueda ascender en ella, interpela a la sociedad. Es una cuestión de todos, no solo nuestra" afirma Rosa Lavín.

Reconocer el trabajo de la mujer en la cooperativa vasca es uno de los pasos necesarios para reivindicar y reclamar que las condiciones laborales entre hombres y mujeres se den en igualdad de condiciones. "La sociedad va algo más avanzada que las instituciones en muchos niveles, por ejemplo, cada vez son más los padres y abuelos que se ocupan de los hijos y nietos, gracias a los permisos de paternidad. Sin embargo, a nivel administrativo y público todavía hay camino por recorrer", dice Lejarraga. Con el esfuerzo y determinación de todos quienes han contribuido históricamente y contribuyen al reconocimiento de la mujer ayuda a otorgarles el protagonismo que merecen. Un protagonismo que necesita de las acciones de la sociedad y el empujón de las instituciones para seguir avanzando.