Los menores de 65 años que se hayan infectado de coronavirus recibirán su tercera dosis a las cuatro semanas de haber sido diagnosticados y siempre que hayan pasado seis meses de haber completado la pauta, según la última actualización de la estrategia de vacunación publicada este miércoles.

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Si bien ese plazo podría verse reducido próximamente a los tres meses, trasladan a Efe fuentes cercanas a la ponencia de vacunas, órganos que está estudiando la posibilidad de adelantar el refuerzo en la línea de lo que ya han hecho otros países de nuestro entorno, aunque la decisión final dependerá de la Comisión de Salud Pública.

La tercera dosis para el colectivo de entre 40 y 65 años no ha estado detallada hasta hoy en la estrategia de vacunación, que en su versión anterior, del 2 de noviembre, mucho antes de la explosión de ómicron, se limitaba a regular la de los mayores de 70 y los internos en residencias.

Así, el documento recoge todos los acuerdos adoptados por la Comisión de Salud Pública desde entonces, encaminados a tratar de contener el tsunami desatado por la nueva variante, como ampliar el refuerzo a los mayores de 40 e introducir la vacunación pediátrica a los niños de 5 a 11 años.

Desde entonces, buena parte de los contagios se han producido en la franja de 40-40 y 50-59 años, que soportan las tasas más elevadas tras las de 20-29, 30-39 y 12-19: los de más de 40 rozan los 3.000 casos por 100.000 habitantes y los de más de 50 los 3.400.

Ante este escenario, la nueva actualización incluye un apartado para aquellas personas de estas edades que estaban ya próximas a recibir su refuerzo estos días -establecido a los seis meses de la segunda dosis- pero que se han visto obligadas a posponerlo por el contagio.

De momento, el tercer pinchazo para las personas de entre 40 y 65 años queda fijado al menos 4 semanas tras el diagnóstico de la infección -si están completamente recuperadas y han finalizado el aislamiento- y siempre y cuando hayan transcurrido 6 meses de la segunda dosis si fueron vacunadas con ARNm (Pfizer o Moderna) y a tres, si recibieron una de adenovirus (AstraZeneca o Janssen).

Para este mismo grupo, excluyendo a residentes en centros de personas mayores, los grandes dependientes y personas con condiciones de muy alto riesgo, lo recomendado por la estrategia es que se pongan una sola dosis como primovacunación a las 4 semanas tras la infección.

Sin embargo, por primera vez, abre la puerta a que puedan tener la segunda si necesitan un certificado de vacunación con al menos dos dosis, por ejemplo, por viajes internacionales o estudios.

En este caso, la segunda inyección se considerará como recuerdo si se administra con el mismo plazo de tiempo citado, es decir, cuatro semanas después del diagnóstico y a los seis meses de la infección.

Por lo demás, la décima actualización recoge los últimos acuerdos adoptados por la Comisión de Salud Pública desde el pasado 2 de noviembre -cuando se publicó la novena-, entre ellas la vacunación pediátrica que arrancó a mediados de diciembre.

En este sentido, recuerda que a los niños de 5 a 11 años se les administra solo la vacuna infantil de Pfizer -la única autorizada por el momento- en dos inyecciones separadas por ocho semanas; si el menor cumple 12 años entre la primera y la segunda, se le dará la dosis de los adultos pero con el intervalo de ocho semanas establecido para los pequeños.

A aquellos niños con antecedente de infección por SARS-CoV-2 se les pondrá una sola dosis a partir de las 4 semanas después del diagnóstico o fecha de inicio de síntomas; si el contagio se produce entre dosis, se completará la pauta con la segunda tras la recuperación y cuando hayan transcurrido 4 semanas, manteniendo también el intervalo de 8 semanas.

El documento también se hace eco de la última vacuna aprobada en la UE, la de Novavax, la primera autorizada basada en una plataforma de proteínas recombinantes, aunque todavía no hace ninguna recomendación sobre su uso puesto que no hay aún disponibilidad de dosis en España.