- El hombre de 21 años detenido como presunto autor del crimen machista de su pareja, una joven de 25 años, en el barrio de los palmerales de Elche (Alicante), el día de Navidad, fue arrestado en la madrugada del pasado jueves cuando se presentó en casa de una novia anterior, con la que tenía una niña de 18 meses, en un momento en el que iba armado con una pistola 9 mm y un subfusil de guerra, AK-47, conocida como kalashnivok.

Así lo dio a conocer el comisario jefe de la ciudad, Pedro Montore, que compareció junto con el Comisario Provincial de Alicante, Ignacio del Olmo, el jefe provincial de Operaciones y responsable del dispositivo que llevó a detener a este individuo, Manuel Lafuente, y la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador.

El detenido, que estaba huido desde el crimen, se atrincheró en una vivienda de la avenida Ausiàs March de Elche, donde residía una anterior novia con la que tuvo un bebé, pero que en el momento de los hechos no se encontraban allí ya que la Policía las había puesto bajo vigilancia policial por “riesgo extremo” desde 48 horas antes, en un lugar seguro y durante todo el día.

En cambio sí que estaban en la casa la abuela de la niña junto con otras personas más, en un número que no concretó, pero que resultaron ilesas en la actuación policial. La casa era uno de los puntos que mantenía la Policía bajo control, por si se presentaba el sospechoso del crimen de Yolanda, una joven de 25 años, natural de Paraguya, que murió de un tiro en la cabeza el día de Navidad.

La madre de su anterior pareja y abuela del bebé fue quien alertó a los agentes de la llegada del presunto autor del crimen, momento se activó el protocolo de situación “crítica”, que acabó resolviéndose con la detención del presunto asesino, que recibió a la Policía a disparos, aunque no se registró ningún herido ni entre los rehenes ni los agentes.

El comisario de Elche calificó al detenido de delincuente armado, potencialmente peligroso y antecedentes violentos por, en concreto, haber intentado degollar a un hombre en una “simple pelea” y al que casi le mata. Desde que se tuvo conocimiento del crimen de Yolanda, el trabajo en la Comisaría fue “intenso”, con la participación de varias brigadas y todos los medios disponibles, con la principal hipótesis de que la pareja de la joven era el presunto autor del asesinato, al no dar con él y estar desaparecido.

Los agentes establecieron distintos puntos de control para detenerle pero también para proteger a posibles parejas que hubiera tenido con anterioridad, y contactaron con una exnovia, con la que tenía un bebé de 18 meses, y aunque en este caso, al igual que en el de Yolanda, no figuraban denuncias previas, al tomar declaración a la joven la Policía comprobó que igualmente era víctima de violencia machista.