El Estado ha inyectado la vacuna contra el coronavirus al 5% de los niños de entre 5 y 11 años en los tres primeros días de la campaña de vacunación, según los datos que anunció ayer domingo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que considera a esta franja de edad como un “objetivo prioritario”.

El jefe del Ejecutivo español hizo una comparecencia de prensa sin preguntas desde la Delegación del Gobierno de Barcelona, donde detalló que la Conferencia de Presidentes para analizar el avance de la sexta ola será el próximo miércoles 22 de diciembre de forma telemática y desde el Senado.

El presidente del Gobierno español destacó las cifras de pauta completa de vacunación, que llegan al 89,7% de la población diana -con datos del viernes- y a casi 38 millones de ciudadanos y puso en valor la responsabilidad y solidaridad de los españoles a la hora de vacunarse, que se refleja también en la vacunación pediátrica.

De la vacunación a los niños de 5 a 11 años, que comenzó el pasado miércoles, 15 de diciembre, destacó que la respuesta sigue siendo “igual de formidable” y que “vamos a buen ritmo”.

Aunque en su comparecencia apuntó que el riesgo para la salud es “alto” y “real” y llamó a intensificar las acciones, Sánchez recalcó que esta nueva ola reviste de unas características y circunstancias muy diferentes a las anteriores gracias a las vacunas, que, ha recalcado, “funcionan”.

Aunque más de 3,3 millones de niños de entre 5 y 11 años han comenzado a vacunarse contra la covid-19 esta semana en todo el Estado, muchos de ellos deben enfrentarse a la tripanofobia: el pánico a las agujas, algo contra lo que los profesionales pediátricos deben lidiar mediante técnicas de distracción y de confianza. La experiencia de los primeros pinchazos queda grabada en la memoria emocional de los niños y puede provocar que en un futuro no quieran acudir a las consultas médicas, según explicó a Efe la psicóloga Ana Asensio (Murcia, 1978), fundadora del centro Vidas en Positivo, que tiene su sede en Majadahonda (Madrid). Este miedo irracional responde a un instinto de protección al ver un objeto punzante acercarse al cuerpo y, pese a ser considerado un problema menos grave, “afecta a más del 80% de los niños, aun sin haber tenido trato con agujas”, aseguró la psicóloga.

En algunas ocasiones, explicó la especialista, “las personas solucionan el miedo por sí solas de forma natural”, por ejemplo por la obligación de vacunarse con regularidad ante una alergia, pero en otros casos el recelo a los pinchazos perdura y puede conllevar consecuencias incluso en edades más avanzadas.

De hecho, la tripanofobia afecta aproximadamente a un 25% de adultos, es decir, a un cuarta parte de la población, y en un 10% de los casos, “este miedo es tan intenso que puede llegar a desarrollar una fobia”, según la psicóloga, que divulga conocimiento psicológico a través de Instagram, donde tiene más de 80.000 seguidores.

Para combatir la tripanofobia, y así prevenir que tenga repercusiones en edades más avanzadas, Asensio recomienda distintas técnicas, que varían en función de la edad del menor, para hacer de la vacunación una experiencia mucho más llevadera.

Sánchez señaló en su comparecencia de ayer también que el 82% de los mayores de 70 años tiene ya una tercera dosis adicional y también de quienes tienen entre 60 y 69 años. Asimismo apuntó que se ha inyectado además una dosis refuerzo a un millón de personas menores de esa edad que recibieron Janssen. Lo que supone que en total se han inyectado ya 10 millones de dosis de refuerzo.

“Las vacunas funcionan y esta crisis sanitaria solo puede atajarse a la luz de la ciencia”, señaló Sánchez, que apuntó además que con cifras superiores de contagio hay menos hospitalizaciones que hace un año.