4ª ola abril-mayo 2021

- En el Estado español, la cuarta ola del coronavirus tuvo un efecto mucho más contenido que la segunda o la tercera. Comparada con sus hermanas, la cuarta ola no creció mucho porque a las medidas de prevención se sumó la campaña de vacunación, que tras un lento inicio en enero, pegó el arreón en febrero y marzo, primando a los grupos más vulnerables al virus. Además, entre abril y mayo, casi todos los mayores de 50 años ya habían recibido la primera dosis del antídoto.

Por ello, los contagios también crecían en aquellos días de una manera mucho más lenta que antes.

Sin embargo, Euskadi iba contracorriente. De hecho, las UCI atravesaban otra vez algunos de sus peores momentos desde la fatídica primera ola. La red sanitaria tenía el 53% de sus camas de intensivos abiertas con enfermos covid. La ocupación de los hospitales eran tan agobiante y tensionada, que el Departamento de Gotzone Sagardui se vio obligado a posponer todas las cirugías no urgentes.

“Tomamos esta decisión porque Osakidetza está en escenario tres, tenemos 192 pacientes ingresados en las UCI, que es una cifra que no se alcanzaba desde la primera ola de la pandemia”, expresó el 21 de abril, Víctor Bustamante, director de Asistencia Sanitaria del Servicio Vasco de Salud.

Volvía así a la situación de un año antes ya que en marzo, durante la primera ola, quedó suspendida la actividad quirúrgica de los hospitales de día y toda la cirugía programada, salvo la oncológica y la urgente.

Desde que comenzaron las vacaciones de Semana Santa, Gipuzkoa había sido el territorio que se llevó la peor parte de la cuarta ola, con un incremento sin freno de los contagios.