- Alemania sumó ayer de nuevo máximos de incidencia y contagios diarios, lo que le obliga a realizar el primer traslado a gran escala de pacientes intensivos dentro del país, mientras observa con preocupación la aparición de la nueva variante del coronavirus en Sudáfrica. La canciller alemana en funciones Angela Merkel es partidaria de endurecer las restricciones ante la cuarta ola de covid y de limitar los contactos entre personas, afirmó ayer su portavoz Steffen Seibert.

En referencia al plan de los futuros socios de coalición de crear un equipo de emergencia en la Cancillería para gestionar la crisis, Seibert repitió que la canciller saliente ofrece su total cooperación y subrayó que esta medida “no detendrá la extremadamente rápida expansión del virus”.

Por su parte, Bélgica decidió ayer endurecer las medidas debido al aumento de contagios de coronavirus y la ocupación en las UCI, entre las que destacan el cierre de las discotecas y la obligación de que los bares y restaurantes lo hagan a las 23.00 horas, y donde solo podrá haber un máximo de seis personas por mesa.

El comité de concertación que reúne al Gobierno federal y al de las tres regiones del país decidió además acelerar la vacunación y se marcó como objetivo que el “máximo número de personas posible” pueda recibir un pinchazo antes de Navidad, después de que 1,2 millones de belgas hayan recibido ya una dosis de refuerzo.

El Gobierno neerlandés anunció “medidas estrictas” y el cierre adelantado de varios sectores para reforzar las actuales restricciones y tratar de frenar los altos contagios en Países Bajos, mientras trata de mantener la atención médica crítica en plena presión hospitalaria por los pacientes de covid-19.

Por su parte, las restricciones de Portugal, que entrarán en vigor el 1 de diciembre, son “proporcionales” e intentan afectar “lo menos posible a la vida y normalidad de todos”, dijo la ministra. Portugal exige a partir de la próxima semana certificados de vacunación y tests negativos para entrar el país, recupera el teletrabajo y plantea una semana de “contención” tras las vacaciones navideñas.