El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) decide hoy si autoriza la obligatoriedad del pasaporte covid en restaurantes y determinadas actividades de ocio nocturno, incluidos conciertos, una medida que los hosteleros abogan por extender a otros ámbitos como eventos deportivos y txokos. Este certificado fue creado por la Unión Europea (UE) para facilitar la movilidad de las personas dentro de los estados miembros durante la pandemia, pero su uso se ha ampliado y ahora hay países y comunidades como Galicia, Catalunya y Baleares que lo piden para acceder a locales de ocio nocturno.

Los hosteleros no se oponen de manera frontal a la posible implantación de esta medida, que dejaría en manos de los responsables de estos locales el deber de pedir a sus clientes que muestren el certificado, bien en formato papel o en soporte digital. El gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, reconoce que esto supondría "un trabajo adicional" pero si el pase covid contribuye a detener la tendencia ascendente de la pandemia, "bienvenido sea".

En el ocio nocturno el control del pasaporte podrían asumirlo los porteros de discoteca que ya vigilan el acceso a estos locales. En el caso de los restaurantes, añade Sánchez, su servicio permite "cierta pausa" lo que haría posible el control de acceso con "más calma".

Pasaporte covid en cultura y deporte

Aunque los hosteleros de Bizkaia "no ven mal" el pasaporte, consideran conveniente extenderlo al ámbito cultural y deportivo, así como a txokos y comedores de empresa. Sánchez argumenta en este sentido que "saber que hay que estar vacunado para por ejemplo ver al Athletic incentivaría la vacunación", que es otro de los objetivos de la medida. En la misma línea, el secretario general de Hostelería Gipuzkoa, Kino Martínez, expresa su sorpresa porque el pasaporte no vaya a ser obligatorio para acceder a museos, eventos culturales y congresos, entre otros actos, y lamenta que su concepción actual es "muy parcial y vuelve a estigmatizar al sector". Martínez, partidario de seguir el ejemplo de Alemania, donde el certificado es necesario para usar el transporte público o ir a trabajar, promete la colaboración del sector como en anteriores ocasiones durante la pandemia a pesar de que "de nuevo" asumirán "tareas que no les corresponden".

En Araba no son tan favorables al certificado, que obligaría a un "esfuerzo" de organización que puede incluso traducirse en "tener a una persona solo para esto" en la puerta de entrada al local, con el posible gasto adicional que ello supondría, apuntaba el vicepresidente de Hostelería de la patronal alavesa SEA, Juan Carlos Antolín.

"La teoría es fácil pero llevarlo a la práctica es más complicado", resumía Antolín, que se refirió también a paradojas que puedan darse como que una persona pueda acceder a la barra pero no al comedor de un mismo establecimiento si este tiene capacidad para 50 comensales. Cuestiona además que "la responsabilidad de pedir el pasaporte covid a los clientes a lo mejor no corresponde" a los responsables de los locales de un sector en el que "parece que recae toda la culpa". Antolín coincide en todo caso con sus compañeros de Bizkaia en que si el pasaporte covid "ayuda a que no haya más restricciones y que no nos cierren de nuevo, bienvenido sea".

"Ayuda a que no haya más restricciones y que no nos cierren de nuevo; bienvenido sea"

Hostelería Araba