En Ekintza-Aluviz, donde han visto “desde un chaval que le pegó a su abuela para robarle hasta gente que se ha ido al otro mundo”, no están “en contra del negocio del juego”, pero piden “protección para las personas afectadas” a las que prestan apoyo.

“Se debería garantizar la posibilidad de autoprohibirse jugar. Para eso hay que tener un control de acceso a los salones y a las máquinas de los bares con un sistema de validación del carné de identidad y eso todavía está por aprobarse”, expone Javier Cuevas, secretario de la asociación, quien considera “positivas”, aunque tardías, las medidas anunciadas por el Gobierno vasco. “Los salones y las apuestas deportivas se aprobaron en 2006, el número de licencias era excesivo y se pusieron sin ningún criterio. Frente al instituto central de Bilbao hay tres salones de juego”, denuncia.