- El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, subrayó ayer que el volcán de Cumbre Vieja ha entrado en una zona de “mini estabilidad” que no se sabe cuánto va a durar y aunque es “bastante explosivo”, las coladas de lava se han ralentizado y avanzan con mucha lentitud, a 4 metros por hora, de ahí que evitara hacer predicciones de si finalmente llegará al mar. El volcán, ilustró Morcuende, tiene nueve centros de emisión, cuatro de ellos activos y una única fisura, pese a que en un primer momento se pensaba que había dos, y en la noche de este pasado martes solo recorrió 15 metros.

Con todo, el volcán sigue “soltando lava” y las coladas avanzan “lentamente” debido al aumento de la viscosidad y el “relleno” que va realizando de hoyos naturales que se van cubriendo a su paso. Eso sí, Morcuende no descartó que puedan retomarse los episodios explosivos de los últimos días. El área afectada por las coladas del volcán ha aumentado un 50% en las tres jornadas que lleva en erupción y los expertos calculan que la situación se prolongará una media de 55 días, lo que hace prever que podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre.

A medida que pasan los días la situación en las zonas aledañas al volcán se hace más difícil, sobre todo para las 5.700 personas evacuadas hasta el momento que han tenido que abandonar a toda prisa los 185 inmuebles dañados o destruidos por las coladas, 65 de los cuales eran viviendas. La lava continúa abriéndose paso hacia el mar y deja ya detrás 153 hectáreas de terreno sepultadas por las piedras, el fuego y las cenizas, según cálculos del Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.

El último mapa facilitado por este programa europeo de seguimiento de emergencias muestra la situación a las 08.14 horas del martes y permite comprobar que si se compara con el anterior, de las 19.50 horas del día 20, el área afectada se ha incrementado de 103 a 153 hectáreas, alrededor de un 50%.

Otro de los grandes problemas que conlleva la erupción es la gran cantidad de ceniza y de humo que hace que cada día se estén emitiendo a la atmósfera entre 6.140 y 11.500 toneladas de dióxido de azufre (SO2), según las mediciones realizadas por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico cuya concentración durante cortos periodos de tiempo resulta muy perjudicial para los ecosistemas y para la salud, ya que puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.

La estimación es que los gases lleguen mañana viernes a cubrir buena parte de la península, Baleares, casi todo Marruecos y Túnez y las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia, según el sistema europeo de satélites Copérnico. En una foto compartida en la cuenta de Twitter del satélite se observa la presencia de dióxido de azufre en la atmósfera prevista para la mañana del viernes cuando se registrarán los niveles más elevados en la costa atlántica marroquí, la costa mediterránea española, el sur de Cerdeña, el norte de Sicilia y la costa tunecina.

En menor cantidad, el mapa destaca también la presencia de esta sustancia en la mitad este de España (incluidas ciudades más lejanas como Valladolid), el sur de Francia, la costa oeste italiana, la isla francesa de Córcega y toda la costa mediterránea africana, además de amplias extensiones de terreno en el interior de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.

Promociones. El Gobierno canario comprará 73 viviendas vacías en La Palma y habilitará otras prefabricadas para ayudar a los vecinos que han perdido sus casas. Se trata de dos promociones privadas que se encuentran vacías: una de ellas en Tazacorte, con 44 viviendas, y otra en la Montaña de Tenisca, en Los Llanos de Aridane, con 29.

Establecimientos. El Centro Insular de Iniciativas Turísticas (CIT) continúa colaborando en la evacuación de turistas a otras islas o hacia sus lugares de residencia, así como en el realojo de los vecinos afectados por la pérdida de sus viviendas en establecimientos hoteleros y extrahoteleros de la isla.