- Pequeñas gotas cargadas del virus SARS-CoV-2 desaparecen más lentamente después de la exhalación de lo que sugerían los modelos anteriores. Además, se ha observado que es más fácil infectarse en invierno que en verano ya que la humedad relativa juega un papel importante, según un estudio realizado por investigadores de Viena. Los modelos anteriores asumían que solo las gotas grandes representan un riesgo relevante de infección porque las gotas pequeñas se evaporan rápidamente.

El estudio ha demostrado que incluso pequeñas gotas pueden permanecer en el aire mucho más tiempo. Esto incluye el aire que exhala una persona infectada al estornudar: los virus infecciosos se encuentran en gotitas líquidas de diferentes tamaños, con gas en el medio. Esta mezcla conduce a un comportamiento de flujo relativamente complicado: tanto las gotas como el gas se mueven, ambos componentes se influyen entre sí y las gotas pueden evaporarse y convertirse en gas.

“Descubrimos que las gotas pequeñas permanecen en el aire un orden de magnitud más de lo que se pensaba. Hay una razón simple: la tasa de evaporación de las gotas no está determinada por la humedad relativa promedio del ambiente, sino por la humedad local directamente en la ubicación de la gota”, señala el estudio. El aire exhalado es mucho más húmedo que el aire ambiente y esta humedad exhalada hace que pequeñas gotas se evaporen más lentamente. Cuando las primeras gotas se evaporan, esto conduce localmente a una mayor humedad, lo que ralentiza aún más el proceso de evaporación de otras gotas.