- 238 inmigrantes de origen subsahariano, según datos de la Delegación del Gobierno, entraron a Melilla a primera hora de ayer en un salto a la valla que causó veinte heridos, 17 inmigrantes, la mayoría por cortes, y tres agentes de la Guardia Civil.

Este salto a la valla, uno de los más numerosos de los últimos años, se produjo sobre las 6.50 horas y en él participado más de 300 subsaharianos, aunque no todos consiguieron su objetivo.

Los inmigrantes, provistos de garfios, escalaron la alambrada, que mide seis metros de altura, por la zona del Barrio Chino. Los subsaharianos llegaron al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla por su propio pie, a la carrera, atravesando varios barrios de la ciudad, entre gritos de “boza” y “asilo”, y grandes muestras de alegría.

Según informó la Delegación del Gobierno, los inmigrantes, que fueron atendidos a su llegada en la puerta del CETI, pasarán la cuarentena en las dependencias habilitadas para ello en el centro. Se unen, así, a los dos grupos de más de un centenar y una veintena de inmigrantes que también lograron saltar la valla la semana pasada, y que estaban aislados en el interior del CETI como medida de prevención.

Este salto a la valla se produce en un momento en el que el perímetro fronterizo estaba reforzado con más agentes, según informó el pasado lunes la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, como consecuencia de los intentos de entrada masivos que se produjeron la semana pasada en apenas 48 horas.

Los inmigrantes que protagonizaron este último salto podrían haber aprovechado la celebración del Aid El Kebir o Pascua del Sacrificio, la festividad más importante para la comunidad musulmana, con la creencia de que podría haber una menor vigilancia del vallado fronterizo por parte de Marruecos y de España.