- El Juzgado de lo Penal número 34 de Madrid absolvió a Ángel Hernández, el hombre que ayudó a morir a su esposa, María José Carrasco, enferma terminal de esclerosis múltiple, en Madrid en 2019, después de que la Fiscalía retirase su acusación tras entrar en vigor la Ley de Eutanasia. “Al haberse retirado la única acusación personada en las actuaciones, de acuerdo con la doctrina, procede dictar sentencia absolutoria respecto del acusado, con todos los pronunciamientos favorables”, señala la resolución, que absuelve a Ángel Hernández de un delito de cooperación al suicidio.

El 30 de junio la Fiscalía retiró la acusación contra Ángel Hernández, para el que pedía seis meses de cárcel por cooperación al suicidio, en aplicación retroactiva de la modificación del Código Penal introducida por la ley de regulación de la eutanasia. Estimó que Hernández se encuentra en un supuesto legalmente autorizado.

El Ministerio Público ya había anunciado previamente que no se opondría al indulto si Hernández fuese condenado. Ahora la magistrada del Juzgado de lo Penal número 34 de Madrid, María Luisa Roldán García, recuerda que el 3 de noviembre de 2020 el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 5 de Madrid abrió juicio oral contra Hernández por delito de cooperación al suicidio.

Acaba así el proceso judicial que se inició tras la muerte de María José Carrasco el 3 de abril de 2019 en su domicilio madrileño, cumpliéndose así el deseo “constante” que tenía de acabar con su vida debido a la esclerosis múltiple que padecía desde 1989.

María José y Ángel estaban solos aquel día en la vivienda y Ángel vertió en un vaso un producto, pentobarbital sódico, y se lo acercó a su mujer, que lo ingirió con una pajita. Diez minutos después la mujer falleció.

Desde 1999 el acusado “se dedicó en exclusiva al cuidado de su mujer” y realizó una “fuerte” inversión económica para reformar y acondicionar su vivienda con objeto de eliminar las barreras arquitectónicas e, incluso, instaló un equipo medicinal en el domicilio, detalla la Fiscalía, que subrayaba en su escrito que desde 2007 Ángel había solicitado reiteradamente ayuda para el cuidado de María José y una plaza en residencia, pero no se lo dieron. Después ambos contactaron con la asociación Derecho a Morir Dignamente, donde recibieron asesoramiento, y antes de 2018 la enferma, “que aun podía usar sus manos”, compró por Internet un frasco de 100 mililitros de pentobarbital sódico.

Carrasco hizo un testamento de últimas voluntades, en el que manifestaba de forma expresa que rechazaba su alimentación por vía artificial, y su marido consensuó con ella la forma en que la ayudaría a morir.

Una vez ingerido el preparado letal el acusado llamó a emergencias para contar lo ocurrido, confesó su ayuda a la Policía y aportó en el juzgado toda la documentación y vídeos que explicaban su historia.