Mochilas, apuntes y muchos nervios. Esa es la carga que acompañaba esta mañana a miles de estudiantes vascos mientras se dirigían a los centros en los que durante tres días van a realizar los exámenes de acceso a la universidad. Son más de 12.700 alumnos de Bachillerato y FP que entre hoy y el jueves aspiran a conseguir unas notas de corte que les permitan cursar los estudios elegidos.

En la prueba de Euskera, la primera del día los alumnos tuvieron que comentar un artículo del jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia, Felix Zubia, sobre la necesidad de no bajar la guardia ante el coronavirus. En Historia, una materia a la que muchos se enfrentaban con miedo, los temas fueron desde la Constitución de Cádiz hasta el Tratado de Baiona o la Segunda República en el País Vasco.

MAS TRANQUILOS EN DÍAS POSTERIORES

Agrupados por el instituto o el centro de procedencia, los más de 2.100 alumnos citados ayer en el BEC de Barakaldo han accedido en orden y respetando las medidas anticovid a los dos pabellones preparados para establecer su nivel de conocimientos tanto en asignaturas troncales como en las optativas. La tensión previa a la primera prueba era palpable en las colas de acceso y en la búsqueda de ubicación, pero un docente asignado al tribunal 9 ha señalado a este periódico que el nerviosismo es más fuerte el primer día, luego, a medida que se suceden los exámenes, los jóvenes se van relajando y acuden más tranquilos.

La EAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad) consta de dos fases: acceso y admisión. La fase de acceso tiene como objetivo valorar la madurez y destrezas básicas del alumnando para seguir las enseñanzas universitarias. Consta de cinco ejercicios: Lengua castellana y Literatura, Lengua vasca y Literatura, Historia de España, primera lengua extranjera y la materia obligatoria de la modalidad de 2º de bachillerato. La fase de admisión es voluntaria y cada estudiante se podrá examinar de cualquiera de las materias de opción del bloque de las asignaturas troncales de segundo de Bachillerato, con un máximo de cuatro.

En opinión de Pedro, un estudiante bilbaíno que se examina para mejorar nota, el problema que presenta la EAU no es la dificultad del examen, sino "la cantidad de materia que debes estudiar". Considera que este es "un sistema viejuno y vetusto que se basa en memorizar una gran cantidad de temas".

"ESTO ME QUITA VIDA"

Ajenas a estas reflexiones sobre el modelo de las pruebas, Irati, Aitana y Nerea, del Instituto Antonio Trueba de Barakaldo, confiesan estar "nerviosísimas" y se quejan de que el examen de Inglés esté programado para el último día. Estas jóvenes, al igual que otras muchas que han cursado en centros educativos de distintos municipios, tendrán que realizar dos y tres exámenes diarios y eso, dicen, "cansa mucho". A su lado otra chica asegura con más dramatismo que "esto me está quintando cinco años de mi vida".

Asier y Oier, del centro formativo Somorrostro, son los polos opuestos en expectativas. Mientras uno se conforma con aprobar y asegura no necesitar una nota alta porque va a seguir sus estudios en un centro privado, el otro se juega el acceso a Ingeniería.