- Cada día conocemos señales de no retorno lo suficientemente graves para ensombrecer la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, sin embargo hay esperanza de restablecer el equilibrio del planeta y está en los puntos de inflexión social. Así lo explica Nerea Morán, arquitecta y una de las autoras de una de las investigaciones más sólidas sobre esta materia, publicada en la Academia Nacional de Ciencias Americana. Estos cambios expandirían, del mismo modo que una mancha de aceite, una acción transformadora, señala Roger Cremades, científico en la Universidad de Wageningen (Holanda), y coautor del citado estudio. Estas son las siete grandes áreas con potencial de producir vuelcos para salvar el planeta:

Uno de los cambios con gran potencial consistiría que en un número significativo de gobiernos pusiera fin a todo tipo de ayudas a los combustibles fósiles e incentivara de forma masiva el autoconsumo energético con renovables.

Los usos residenciales suponen el 20% de las emisiones globales, una cifra en alza debido a la cada vez mayor concentración de gente en las ciudades. El punto de inflexión se producirá el día en el que las tecnologías libres de combustibles fósiles se conviertan en la primera opción para nuevos proyectos de construcción y las opciones de movilidad bajas en emisiones sean mayoritarias.

El sistema financiero puede ser otra palanca fundamental. Para actuar como tal debe percibir el riesgo de que los activos relacionados con los combustibles fósiles o que implican contaminar el planeta pueden perder valor. Los fondos de pensiones y las compañías aseguradoras ya han comenzado a desinvertir, a diferentes velocidades dependiendo del país y de la fuente fósil, incide Roger Cremades.

Los científicos advierten de que una minoría comprometida lo suficientemente grande, de aproximadamente el 25% de un grupo, puede desencadenar grandes cambios en el otro 75%.

La introducción de manera generalizada de los impactos ambientales en el currículo escolar hace una década, acompañados de estrategias de aprendizaje menos rígidas y más en contacto con la naturaleza, han tenido un impacto visible en millones de jóvenes.

¿Qué ocurriría si los consumidores tuvieran información de las emisiones que ha generado un alimento o utensilio en su etiquetado? Los investigadores han constatado que a más información sobre la huella ecológica de la bolsa de la compra, más respetuosa es ésta con el planeta.

Un giro hacia un mayor consumo de proteína vegetal en detrimento de la animal, así como hacia alimentos ecológicos y de proximidad para fomentar economías más localizadas y circulares, sería otro punto de inflexión fundamental.