- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusó ayer al líder del PP, Pablo Casado, de ser desleal no solo con el Ejecutivo, sino con los intereses generales de España por hacer oposición e intentar derribar a su gabinete utilizando la crisis con Marruecos. Sánchez y Casado protagonizaron un cara a cara sobre la avalancha de inmigrantes irregulares que lograron entrar en Ceuta desde Marruecos en la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso.

Aunque la pregunta inicial del líder del PP se refería a la negativa del Gobierno para aprobar un plan B jurídico tras el fin del estado de alarma, el debate se centró en la crisis con Marruecos. Casado reiteró que el Ejecutivo tiene el apoyo de su partido para garantizar la integridad territorial de las fronteras españolas, pero a renglón seguido lamentó que lo ocurrido sea "la crónica de una crisis anunciada" debido a los errores diplomáticos del Gobierno.

Entre ellos citó romper la tradición de iniciar en Marruecos su agenda exterior como presidente, no reaccionar a la ocupación de aguas de Canarias ni a la posición del expresidente de Estados Unidos Donald Trump sobre el Sáhara, y ocultar la llegada a España con documentación falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Por todo ello pidió a Sánchez que rectifique, al tiempo que aseguró que "el caos" del Gobierno es la mayor debilidad de España en el exterior. "Ha demostrado que le queda grande el Gobierno. No ha sabido gestionar ni la crisis sanitaria, ni la crisis económica, ni la crisis territorial, ni la crisis internacional", añadió antes de asegurar que hay más lealtad en la oposición que en el Consejo de Ministros.

Una intervención tras la que Sánchez pidió a Casado que aclare si realmente apoya o no al Ejecutivo ante la crisis con Marruecos, ya que cree que sus palabras demuestran que utiliza cualquier calamidad como la pandemia de coronavirus o "el desafío de un tercer país" para tratar de derribar al Gobierno.

Pero advirtió de que no lo va a lograr y acusó al PP de ser desleal no solo con el Ejecutivo, sino con los intereses generales de España. "Queremos saber de qué lado está la oposición, si del interés general o de los intereses partidistas", insistió el presidente del Gobierno, tras lo que Casado le respondió: "La deslealtad en política exterior es usted". Sánchez reiteró que el Ejecutivo defenderá la integridad territorial del país, lamentó que la derecha no acepte que la izquierda gobierne España y aseguró que el PP no tiene ningún plan salvo utilizar todo para intentar derribar al Gobierno.

El líder del PP advirtió de que Sánchez no puede apoyar al Ejército mientras sus socios de Bildu piden sacarlo de Ceuta ni puede defender la integración territorial en Melilla mientras negocia la autodeterminación de Cataluña con ERC.

"No puede vender humo para el 2050 cuando es incapaz de solucionar este desastre en 2021", añadió en referencia al plan que presentará esta semana Sánchez sobre los desafíos de España para ese horizonte temporal. Casado pidió al presidente del Gobierno que sea humilde y se deje ayudar, e insistió en rechazar la acusación de deslealtad asegurando que para su partido lo único que importa es España.

Fuentes del PP reprocharon después a Sánchez que no hubiera escuchado el ofrecimiento de ayuda de Casado y se limitara a atacarle con una respuesta que tenía ya preparada.

En la misma línea que Sánchez, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, acusó al PP de haber decidido "estar contra su país", tras ser criticada por la popular Cuca Gamarra, por el "rapapolvo" del Tribunal Constitucional, que anuló los nombramientos, vía decreto ley, del exvicepresidente segundo Pablo Iglesias y del jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, en el CNI. Calvo aseguró que "la memoria es cruel para quienes hacen filibusterismo inútil" y defendió que 38 de los 43 reales decretos ley aprobados por el Ejecutivo fueron para hacer frente a la pandemia, mientras que el expresidente Mariano Rajoy aprobó una treintena sin llevarlos a la Cámara Baja.