- Teniendo en cuenta que solo dos de cada tres jóvenes menores de 30 años quieren tener descendencia, que la edad considerada ideal para ello es "más bien tardía" y que, aun así, poco más de la mitad cree que podrá tenerlos a esa edad, el Observatorio Vasco de la Juventud concluye que "la sociedad vasca se enfrenta a un reto demográfico".

¿Ha influido la pandemia?

—Por supuesto. Si la precariedad laboral seguía presente entre las personas jóvenes, ha traído más paro, cierre de empresas, expedientes de regulación de empleo€ En definitiva, más inestabilidad laboral y, sobre todo, incertidumbre ante el futuro. Sin tener cierta certeza de poder mantener el trabajo, la vivienda, de contar con ahorros para hacer frente a los gastos€ es difícil animarse a tener hijos o hijas.

El 40,3% de las mujeres jóvenes desea mucho tener descendencia, frente al 30,5% de los varones. ¿A qué se debe?

—Las mujeres contamos con un reloj biológico que nos recuerda que tenemos un plazo; los hombres, no. La paternidad puede postergarse y muchos no se la plantean, lo cual no quiere decir que no vayan a tenerlos.

Les gustaría ser padres o madres a los 30 años, aunque la estadística dice que ellas los tienen a los 32.

—Los estudios se alargan, luego vienen las prácticas, un trabajo, otro€ La mayoría, al inicio, con sueldos bajos que no permiten ahorrar mucho y, por otro lado, con un mercado inmobiliario caro, en el que deben destinar gran parte de su sueldo -o entero- a pagar el alquiler o la hipoteca. Eso si consiguen que alguna entidad financiera les conceda una. La edad de emancipación en Euskadi es a los 30 años y la edad para tener descendencia, posterior.

¿Qué medidas podrían implantarse para fomentar la natalidad entre los jóvenes que desean ser padres o madres y no pueden por sus circunstancias socioeconómicas?

—De todo tipo: conciliación laboral y familiar, ayudas a la escolarización de los hijos o hijas desde los 0 años, mayores posibilidades de acceso a vivienda pública económicamente viable... Pero si el mercado laboral no oferta empleo estable y de calidad, será difícil que estas medidas sean realmente efectivas o, al menos, en la medida deseada para paliar el grave envejecimiento de la población de Euskadi.