- De nacionalidad española, soltero, de entre 18 y 45 años, con estudios de Primaria y baja capacidad económica. Es el perfil de los delincuentes viales, que, en su mayoría, han perdido todos los puntos del carné por ponerse al volante tras haber consumido drogas y que alguna vez han sufrido accidentes de tráfico. Un perfil que ayer explicaron la profesora de la Universidad Europea de Valencia Cristina Escamilla, dentro de las jornadas que comenzaron el martes sobre el tratamiento penitenciario organizadas por la Universidad Pontificia de Comillas y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

Para hacer este estudio, sus autores han analizado a los condenados a penas alternativas a la prisión por delitos contra la seguridad del tráfico, que el año pasado alcanzaron una cifra superior a los 28.000. Mientras, según fuentes penitenciarias, algo más de 1.300 presos cumplen condena en las cárceles por este tipo de delitos, de los que casi 1.100 están internos en prisiones dependientes de la administración central y el resto en Catalunya. Y en ese perfil de los condenados a penas alternativas a la cárcel, el informe destaca que tres de cada cuatro conduce a diario, pero el 25% no tiene carné.

La mayoría conducía un turismo en el momento de ser detenido y más de la mitad (un 53%) había sufrido más de un accidente con anterioridad al delito perpetrado. Aún así, resalta el estudio, casi todos se consideran buenos conductores, incluso respetuosos con el tráfico, y no creen que deban mejorar su estilo de conducción.

No lo consideran así pese a que a casi la mitad de los condenados a esas penas alternativas a la cárcel ya le habían detraído puntos de su permiso previamente a cometer el delito, y casi un tercio (un 31%) había perdido la vigencia del carné por la detracción total de los puntos. La mitad de los puntos que perdieron fue por haberse puesto al volante bajo los efectos de las drogas.

Un tercio eran reincidentes en delitos viales y un 11% tenía condenas previas por violencia doméstica, mientras que a un 35% se las habían impuesto por otras tipologías delictivas. Según el estudio, y en relación al consumo de sustancias tóxicas, cuatro de cada diez detenidos por delitos contra la seguridad vial presentan consumos problemáticos de alcohol y un 28% consumos nocivos de otras drogas.

El estudio hace referencia también al perfil psicológico y concluye que los delincuentes viales tiene una baja percepción de miedo ante situaciones de riesgo y sus posibles consecuencias, tanto para sí mismos como para terceras personas. Respecto a la motivación para delinquir, los que tienen condenas más cortas apuntan de forma mayoritaria a esa escasa percepción de riesgo. Los que tienen penas más largas, por su parte, señalan como principal motivación la sensación de impunidad.

Una de las conclusiones del estudio afecta al trabajo que se realiza en el ámbito de las penas y medidas alternativas a la prisión con este tipo de delincuentes. De ese modo, el estudio pone de manifiesto que la reincidencia es mucho menor cuando los penados se someten a los programas de reinserción o talleres que cuando su condena son trabajos en beneficio de la comunidad.