Las quejas surgidas por el sistema de citación a los mayores de 70 años para vacunarse -Osakidetza les envía un SMS a su móvil, en el que se facilita un enlace a una página web para que pidan cita-, fue ayer objeto de debate en el seno de la Comisión de Salud del Parlamento Vasco. "La gente está respondiendo bien a la cita online", defendió la consejera Gotzone Sagardui, asegurando que 14.000 vascos de entre 70 y 79 años, el 64% de la población diana, ha usado la web para vacunarse.

Sin embargo, las críticas arreciaron, ya que muchas de estas personas se quedaron sin coger cita. "El factor limitante es la disponibilidad de dosis, y por ello, si los viales disponibles se agotan, se cierra el sistema de citas hasta que llegan nuevas remesas", explicó Sagardui en la Cámara vasca.

En la misma línea, el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, precisó que, "mientras a los ciudadanos de más de 80 años se les llamó de manera personalizada por la brecha digital", a las personas de menos edad se les envía un SMS, ya que "se entiende que tienen teléfono móvil y son capaces de manejarlo, o si no, algún familiar". Aseguró entender el "malestar" que provoca que personas que intentan reservar su cita en la web, se encuentren que está cerrada. "Pero se abren las citas a toda la franja de edad y, cuando se cierran los huecos dependiendo de las vacunas de las que dispone cada OSI, se cierra la citación".

En todo caso, advirtió de que "la respuesta ante eso no es llamar al centro de salud, porque se colapsan, sino esperar con un poquito de paciencia y no pensar que se van a quedar fuera de la vacunación". "Lo único que tienen que hacer es esperar a recibir otro SMS en función de la disponibilidad de vacunas", subrayó.

Y es que la vacunación continúa estos días con la franja de entre 70 y 79 años, con el antídoto de Pfizer, y entre 60 y 65 años, con el suero de AstraZeneca. Además, según adelantó la consejera, se está procediendo a inmunizar a colectivos de alto riesgo, es decir personas trasplantadas o en lista de espera para ello, personas en tratamiento renal, con cáncer, con inmunodeficiencias primarias y personas con síndrome de Down de 40 o más años.

En su comparencia semanal, la titular de Salud confesó estar preocupada por "las dudas que generan los casos adversos relacionados con las vacunas de AstraZeneca y Janssen", al tiempo que defendió que es "común que haya reacciones cuando un medicamento se administra a millones de personas". Argumentó, en este sentido, que es "imposible conocer y prever toda la variedad de antecedentes y circunstancias, así como los estados de salud diferentes" de cada persona que recibe una vacuna cuando esta se inocula de forma masiva.

"La cuestión es si solo vamos a seguir adelante cuando tengamos la evidencia de riesgo cero o como aconsejan las agencias de medicamentos aceptamos que el beneficio es infinitamente mayor al riesgo", aseguró. Se trata de un "debate científico que tiene consecuencias prácticas como demuestra que siga en el aire qué hacer con las personas menores de 60 años que han recibido la primera dosis".