"Cuando estás encerrada en tu casa, cuando convives 24 horas con tu agresor, con la persona que te está agrediendo, que te está maltratando€ las cosas se complican". La violencia machista se ha adaptado a la situación y, por desgracia, también a la pandemia. En el contexto del confinamiento se han acentuado las violencias psíquicas (esas que no dejan marcas visibles pero que destrozan a las mujeres por dentro) y, también, se han agravado otras como las violencias sexuales en el ámbito de la pareja. Así lo apunta Mireia Saiz, portavoz de Argitan- Centro Asesor de la Mujer de Barakaldo que conmemora estos días su 25 aniversario.

El aislamiento que todos hemos vivido durante el confinamiento y a lo largo de esta pandemia, en la que se han reducido las relaciones sociales, ha provocado que la violencia machista haya pasado de ser un problema estructural a un asunto del ámbito privado. Un caldo de cultivo "perfecto" para que las mujeres que sufren estos tipos de violencia se hayan visto más aisladas frente a la amenaza de su agresor. Sin embargo, muchas de estas mujeres "han buscado sus estrategias para poder comunicarse. Han aprovechado que el agresor dormía o salía a hacer la compra para ponerse en contacto con el centro y pedir ayuda", matiza Saiz. Un gesto de valentía que han realizado 8.167 mujeres desde que el Centro Asesor de la Mujer abriese por primera vez sus puertas.

El teléfono de Argitan no ha dejado de sonar en el último año. La pérdida de empleos junto con la situación económica y social, ha hecho que aumenten las tensiones en el seno del hogar y, como consecuencia, el miedo y la ansiedad de muchas mujeres. Cuando en el centro reciben una llamada -explica la portavoz-, dan pautas de seguridad: "Les insistimos en la necesidad de estar siempre conectadas con el entorno, en la importancia de mantener una rutina de comunicación con sus familiares o en tener preparado un juego de llaves escondido en un sitio de la casa".

Una información que es fundamental para poner fin a una lacra que el año pasado acabó con la vida de 45 mujeres, la mayoría de ellas -35-, convivían con su pareja. Es precisamente en esta realidad donde quieren poner el foco: "El 96% de la violencia machista se da dentro del hogar. La violencia machista viene de dentro de los hogares, del ámbito privado". De hecho, la propia ONU ha advertido de que la violencia contra las mujeres ha sido la pandemia en la sombra. Una pandemia que necesita de más recursos porque los que hay "son insuficientes. Durante el confinamiento, los teléfonos de atención estaban saturados y muchas mujeres no pudieron acceder a los recursos. Los servicios, aunque considerados esenciales, se vieron muy reducidos", reivindican desde Argitan.

Dar el paso y denunciar es quizá lo más complicado. De junio a septiembre, se han recibido en los juzgados un total de 42.854 denuncias por violencia machista, lo que supone una disminución del 5% con respecto al año anterior. Unos datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial aunque Saiz desconoce el por qué de esta caída: "Estamos haciendo una valoración para saber qué es lo que está pasando. Varias mujeres que han querido denunciar, han salido de la comisaria sin poner esa denuncia. Es muy grave".

Otra de las trabas que encuentran es que tratan con "la punta del iceberg de un problema estructural. Muchas mujeres no van a salir en las estadísticas porque no denuncian. Solo quieren pasar página y rehacer sus vidas". Prueba de ello es que, según un estudio de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, pasan de media casi nueve años hasta que se produce la denuncia contra el agresor. Por ello, "tenemos la obligación como sociedad de recoger el guante de estas mujeres valientes es un colectivo muy fuerte. Gracias a esa valentía, vamos a seguir trabajando para acabar con esta pandemia en la sombra" , señala Saiz.