Osakidetza añadió ayer a su estrategia de vacunación a dos colectivos prioritarios, profesionales de la sanidad privada en primera línea y ertzainas. Arrancaba así la vacunación en la Ertzaintza al mismo tiempo que la inoculación del antídoto a los sanitarios de la red privada, que habían expresado su malestar por haberse quedado relegados. La explicación para este salto es que el colectivo policial aprovechará la remesa de AstraZeneca, que se ha decidido no aplicar a los mayores de 55 años, mientras que los profesionales sanitarios serán vacunados con la solución de Moderna, más indicada para menores de 65 años.

De esta forma, paralelamente a las inyecciones que se ponían en las tres comisarías dispuestas, las clínicas privadas celebraban por fin la llegada de las primeras dosis a los profesionales que trabajan en primera línea de riesgo de contagio. Con un mes de retraso con respecto a los profesionales de Osakidetza, el IMQ de Zorrotzaurre inició la inoculación. "Por fin. Creíamos que no contaban con nosotros. Por ser del sector privado, no somos menos sanitarios ni hacemos un trabajo distinto al sector público", señalaban ya con cierto optimismo.

Ayer empezaban a respirar tranquilos. "Hoy aquí no se puede derramar ni una gota", exclamaban. Vanessa Francisco, enfermera de Urgencias en la clínica principal del IMQ fue una de las primeras en ponerse la medicación de Moderna. "Ya era hora de que nos llegase porque llevamos un año peleando con el bicho, igual que en Osakidetza", indicó. Mientras permanecía 15 minutos en observación, reveló contundente que personalmente no se pondría la vacuna de AstraZeneca. "Porque es la menos fiable", indicó. "Aunque la gran mayoría del servicio se va a vacunar porque es la única manera de acabar con esto", dijo.

Su compañera Nekane, también se puso la inyección de la esperanza con la confianza de ser completamente inmune a principios de abril. "Sabemos que hay pocas vacunas, pero lo que nos molestaba era esa diferenciación entre la red pública y la privada porque nosotros estamos igual de expuestos al virus que en Osakidetza", expresó. Reconocía que "dentro de los sanitarios hay personal de más y menos riesgo... Yo tengo 25 años, soy una enfermera joven sin patologías, y entiendo que se vacune antes a los más mayores, pero no que te excluyan por estar en la sanidad privada".

Aunque todo era alegría entre el personal de la clínica, Maria Urionaguena demostraba cierto malestar. "Estoy en la atención de Urgencias de adultos y somos la puerta de entrada. La gente puede pensar que nosotros no hemos tratado enfermos. Pero solo en la primera ola llegamos a tener 100 pacientes enfermos de covid. El equivalente a tres plantas con gente con coronavirus. ¡Imagínate lo que fue eso!". Concejal también en el Ayuntamiento de Ermua, destacó que "algunos no nos hemos saltado ninguna lista, a pesar de tener mayores de 80 años en casa y dependientes".

Estos sanitarios, que fueron vacunados ayer en grupos de diez, recibieron la inyección de Moderna de la que llegaron 90 viales de los que se pueden extraer una decena de dosis por cada uno. El director de las clínicas de Zorrotzaurre y Virgen Blanca, Nicolás Guerra, aseguró que ya se han apuntado 1.300 empleados de ambos centros donde trabajan alrededor de 1.500 personas, "pero es una lista viva porque mientras dure la vacunación se pueden apuntar aún más", indicó. "La gente lo que quiere es protegerse y estar tranquilos", sentenció Guerra.

No hay que olvidar que sólo este hospital ha atendido 500 pacientes de covid durante esta pandemia y casi el 10% ha desarrollado cuadros graves y necesitado cuidados intensivos. Guerra precisó que se apunta a que en dos o tres semanas podrían estar vacunados los trabajadores de los centros privados. Sin embargo, no quiso entrar en si se debería haber empezado antes o no en el sector privado. Eso sí afirmó que era un día de ilusión y "hay que quedarse con la satisfacción de que se ha empezado la vacunación".

A primera hora de la mañana, Osakidetza también dio comienzo la primera tanda de inoculación de los agentes de la Ertzaintza que trabajan en primera línea. El Sistema Vasco de Salud administró ayer en este primer día piloto 275 vacunas de AstraZeneca a los ertzainas menores de 55 años en las comisarías de Erandio (120), Oiartzun (870) y Arkaute (85). Hoy están programadas otras 320 citas de vacunación en las tres sedes de la Policía vasca y, a partir de la llegada de más vacunas, la semana que viene, el ritmo de vacunación aumentará a 400 inyecciones diarias. La Ertzaintza cuenta con una plantilla de 7.350 agentes, en estos momentos, y Osakidetza facilitará 4.500 dosis de AstraZeneca, de forma que, esta primera etapa, se vacunará a más del 60% del colectivo. El Ejecutivo estima que se administrarán entre 300 y 400 vacunas al día. Se prevé, por tanto, que esta primera fase del proceso se prolongue durante las próximas dos o tres semanas laborables y llegue a 4.500 agentes, menores de 55 años, tal como indica la autoridad sanitaria.

Los agentes que han empezado a recibir la vacuna son los más expuestos al riesgo de contagio, los que trabajan, sobre todo, en la calle en constante interacción con la ciudadanía. Este primer grupo que incluye a las Unidades de Tráfico, Protección Ciudadana, Brigada Móvil y Unidad de Vigilancia y Rescate, y engloba a 3.280 ertzainas, menores de 55 años, que entran en el rango de edad que precisa la actual vacuna de AstraZeneca.

El segundo grupo a inocular incluirá a 996 ertzainas en el mismo rango de edad, pertenecientes a las secciones de Violencia de género y Doméstica, y los diferentes grupos y servicios de Investigación y Policía Judicial.