- En medio de un clima de resignación generalizada entre la ciudadanía, el Gobierno Vasco ha decidido aplicar las restricciones más duras de todo el Estado en materia de movilidad -con el cierre perimetral del territorio y la prohibición de desplazarse entre municipios salvo fuerza mayor-, con el fin de evitar el confinamiento total vivido en primavera. El portavoz del Gabinete Urkullu, Bingen Zupiria, destacó ayer que las medidas decretadas, que definió como “restrictivas y duras”, pretenden eludir al confinamiento general de la población. Sin embargo no descartó ningún escenario para contener el coronavirus, al tiempo que precisó que las autoridades sanitarias realizan un seguimiento “diario, pueblo a pueblo, de la situación sanitaria”. A su juicio, la actual situación “es parecida” a la vivida en marzo y abril. “En estos momentos y en esta nueva ola, la intención es la de no tener que recurrir al confinamiento general para frenar el virus, adoptando todas las medidas extraordinarias que haya que adoptar”, aseveró.

Las drásticas decisiones buscan cortar la cadena de contagios y la galopante transmisión de la enfermedad. De hecho, Zupiria describió la situación como “incierta” y reconoció que la previsión es que en los próximos días los contagios sigan aumentando y se vivan unas “semanas muy complicadas”. Recordó que en los últimos quince días, la evolución sanitaria ha avanzado de forma “exponencial e imprevista”, de la misma forma que lo hizo hasta el 19 de agosto cuando se adoptaron medidas con “efectos positivos en las siguientes semanas”.

Y es que el elevado número de hospitalizados e ingresos en UCI obliga a recortar los flujos de personas que entran y salen de la comunidad. Sin embargo, el portavoz del Ejecutivo vasco precisó que tendrán que pasar unos días para ver si las restricciones que ayer entraron en vigor son efectivas. “Nos hemos planteado como objetivo mantener la actividad económica y educativa y, de momento, las instituciones dejan la puerta abierta a mantener actividad física, una mínima actividad social, cultural y deportiva segura”, explicó.

En rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, Zupiria insistió en que en estos momentos nadie sabe cuánto tiempo habrá que convivir con la enfermedad y aseguró que es muy probable que en el futuro se produzcan sucesivas oleadas. Por eso, recordó que en estos momentos es necesario evitar al máximo los desplazamientos innecesarios y aseguró que es “muy probable” que se establezcan controles policiales para garantizar que se cumplen las restricciones. Sin embargo, resaltó que la Ertzaintza y las Policías locales adoptarán durante unos días una actitud pedagógica ante las nuevas limitaciones, pero advirtió de que después habrá medidas “más coercitivas” con los infractores al igual que se hizo en la fase de desescalada tras el confinamiento general.

A su juicio, el decreto supone una “apelación permanente” que, desde las instituciones públicas, realizan a toda la ciudadanía, para intentar evitar aglomeraciones y reuniones de más de seis individuos; para prescindir lo máximo posible de la movilidad y para poder limitar también la actividad fuera de determinadas franjas horarias.

Una nueva anormalidad con la incertidumbre como protagonista que, los vascos asumen con hartazgo y pesadumbre, al tiempo que debaten sobre qué se puede hacer y qué no en esta recién estrenada situación de alarma. La ciudadanía respira inquieta y las opiniones oscilan entre quienes consideran necesarias las nuevas restricciones -algunos incluso abogan por implantar un confinamiento total los fines de semana- y la resignación de sectores como el de la hostelería para quienes estas medidas podrían suponer la puntilla para sus negocios. Incertidumbre sobre la evolución de la pandemia que también reina entre las autoridades. Porque en principio la próxima reunión del consejo asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) está prevista para dentro de quince días aunque si fuera necesario, se podría convocar antes con el fin de adoptar nuevas medidas.