La sonda estadounidense Osiris-Rex contactó ayer martes brevemente el asteroide Bennu y recogió muestras para devolver a la Tierra en 2023. Es la primera vez que la NASA logra que una sonda toque tierra en un asteroide. Bennu se encuentra a más de 320 millones de kilómetros de la Tierra y la sonda llegó al asteroide tras un trayecto de cuatro años, ya que fue lanzada en septiembre de 2016l. Tras su aterrizaje (en la imagen en una recreación), la Osiris-Rex arrojó nitrógeno comprimido sobre la superficie de Bennu para levantar polvo y grava que la sonda recogió.