- El modelo educativo D de enseñanza en euskera ha alcanzado en 35 años cotas insospechadas y es hoy la opción elegida por el 81% de las familias a la hora de escolarizar a sus hijos en Euskadi. “Nunca ha habido tanto alumnado escolarizado en euskera, ni tantas personas competentes”, pero la fórmula que ha conseguido atraer a ocho de cada diez escolares hacia la inmersión lingüística en los centros educativos, la nuestra, se encuentra ahora ante “un nuevo desafío, el último en su carrera hacia la excelencia”: mejorar la comprensión lectora en nuestra lengua y, por ende, mejorar las competencias de sus alumnos.

La comprensión lectora de nuestros alumnos sigue empeorando año tras año en la última década y esto sucede de manera más intensa en el modelo D, tanto en la red pública como en la concertada. No es un problema exclusivamente vasco, “es algo generalizado”, coinciden diferentes fuentes, pero en Euskadi está aderezado por el complejo mapa sociolingüístico, donde lo mismo nos encontramos zonas completamente vasco hablantes y otras en las que el porcentaje no llega ni al 20%, donde el euskera fuera del centro educativo tiene una presencia casi nula. ¿Es válido el mismo traje para todos? ¿Habría que diseñar nuevos submodelos a la carta para cada zona lingüística? ¿Necesitan las mismas herramientas un alumno de Ataun y Barakaldo? El Consejo Escolar de Euskadi ha pedido al Departamento de Educación del Gobierno Vasco una reflexión en torno al modelo D, “huyendo de simplismos”.

“Es un problema transversal y sociológico”, apunta Maria Teresa Ojanguren, vicepresidenta en funciones del Consejo Escolar de Euskadi, el principal órgano consultivo de la educación en la CAV, donde están representados todos los agentes de la comunidad educativa. Según explica Ojanguren, en otros territorios del Estado el nivel de alumnos que llega al final de la ESO con un nivel insuficiente de comprensión lectora en su lengua materna, el castellano, ronda el 30%. En Euskadi se ha disparado en los últimos años del 30% al 40%. Es decir, cuatro de cada diez alumnos llega hoy en día al fin de la Enseñanza Secundaria Obligatoria con un nivel insuficiente de euskera, la lengua vehicular a través de la cual adquiere los conocimientos. La ecuación es sencilla: a peor dominio del coche que conducimos, más posibilidades de darnos un castañazo.

Primera conclusión: “Matricular en el modelo D no basta. Hay un tipo de alumnado que necesita más refuerzo, más tiempo; démosle una vuelta a la metodología, algo que el Consejo marca como un área de mejora. Ayudemos a esa gente. Veamos qué modelos funcionan y cuáles son aplicables. Hay que huir del todo bueno o todo malo, de los extremos. Hoy en día, seguimos aprendiendo a lo largo de toda la vida. Y en función del contexto lingüístico y las condiciones sociolingüísticas en las que viva determinado alumnado, probablemente requiera más tiempo para ser competente igual que un alumno vasco hablante en su día a día, y más recursos también”, expone.

Lo que se cuestiona no es el sistema. Ni mucho menos, “pero no podemos caer en la autocomplacencia, las competencias tienen que mejorar”, asegura Ojanguren: “El modelo lingüístico está claro, la sociedad vasca ya ha dicho que este es el modelo que quiere, lo han hecho más del 80% de las familias. Y los resultados están ahí. Solo pensar que habiendo un 30% de hijos de familias nativas en euskera, que haya un 60% de alumnado que es capaz de comunicarse como si fuera nativo, es un éxito terrible. Duplicamos el alumnado competente, pero nos queda un 40% que tenemos que hacer que lo consiga”, apostilla

Lo que toca, afirma, es un cambio de metodología. “Es decir, se ha conseguido mucho, tenemos un buen sistema, y ahora, para pasar a excelente, nos falta cambiar e innovar en metodología. Y también en expectativas. Ya sabemos que en torno al 15 o 20% del alumnado tiene dificultades para aprender en su propia lengua materna..., pues habrá que seguir enseñándole, tendrá que seguir más años. Y en vez de a los 15, conseguirá las competencias a los 17; no nos tenemos que rasgar las vestiduras. Ya lo conseguirá. El sistema tiene que seguir apoyando estos aprendizajes.

¿Entonces, habría que alargar la enseñanza obligatoria? Ojanguren es clara. No. “En Euskadi está escolarizado ya casi todo el alumnado durante mucho tiempo. Es decir, las tasas de escolarización son muy altas, y de hecho ahí estamos por encima de la media europea, en cuanto a escolarización temprana y títulos universitarios. Yo creo que es más un problema social, de refuerzo más allá del ámbito escolar. El alumnado no deja de aprender a los 15, sigue en modelos de Formación Profesional y tendremos que seguir acompañándoles en educación pos obligatoria, en cultura, en euskaltegis... Es decir, no abandonemos el euskera, porque es importante”.

“Esta sociedad tiene dos lenguas oficiales que se tienen que aprender: euskera y castellano. El alumnado no es víctima del bilingüismo, al contrario, es beneficiario de un patrimonio que se comparte y tiene todos los recursos del país y el sistema educativo que le están ayudando a que aprenda”, añade la vicepresidenta del Consejo Escolar de Euskadi.

El valor de los idiomas es otro aspecto que en su opinión hay que reforzar en la sociedad y por eso defiende iniciativas como Euskaraldia. “A nivel social también se tiene que poner en valor el uso de más lenguas. Es bueno para el alumnado aprender nuevas lenguas. Tenemos el cerebro estimulado para el aprendizaje de las lenguas. Y cuanta más distancia lingüística entre las lenguas hay, cuanto más diferentes sean, más facilidad va a tener ese cerebro para aprender más idiomas, pero hacen falta metodologías, tiempo, recursos…”, apunta.

Es necesaria una reflexión y, fruto de ella, un cambio, un ajuste que nos lleve a un modelo mejor. “De algún modo, había una creencia social de que con que el alumnado se matriculara en modelo D se iba a conseguir automáticamente que todo el alumnado, por inmersión, adquiriera las mismas competencias en ambas lenguas que los niños castellanoparlantes; y esto es ahora mismo lo que se pone en duda”, asegura Ojanguren.

“Efectivamente, tenemos un 40% de alumnos en Secundaria que no consiguen tener la misma competencia en ambas lenguas, es decir, que no tienen un bilingüismo equilibrado, lo que no quiere decir que no sean bilingües. Esto requiere de una reflexión no solo política, sino social y metodológica. Hay que hacer un estudio en profundidad para ver cómo podemos mejorar ese porcentaje de alumnado que no consigue la competencia en euskera, pero tampoco consigue una comprensión lectora en castellano”.

El informe de la situación del sistema educativo aprobado por unanimidad por el Consejo Escolar también constata que “socialmente, el perfil del alumnado que ahora ocupa las aulas del modelo D es muy diferente al de hace 35 años”. Un alumnado más diverso, con más inmigración y diversidad. Familias, en muchos casos, “que igual no tienen un compromiso militante con el euskera, pero quieren el euskera y creen en la escuela vasca”.

“Las familias tiene que estar tranquilas, porque los indicadores de Educación en Euskadi son muy buenos. Pero probablemente la escuela nos está pidiendo un cambio metodológico orientado a la comunicación, al uso de las lenguas en todas las materias, no solamente en el área de lengua. Y probablemente, el profesorado debería de tener cierta metodología específica, coordinada con todas las materias, para mejorar la comprensión, no tanto de adquisición de contenidos”, concluye Ojanguren.

En público y concertado. En 4º de primaria, el porcentaje de alumnado con bajo rendimiento ha pasado del 30,6% en 2011 al 37,4% en 2017. En 2º de ESO, la tendencia también es preocupante, ya que el 36% del alumnado que en 2011 no superaba el nivel inicial se ha llegado al 45,6% en 2017. La pérdida se produce tanto en la red pública como en la concertada.

Uno de cada diez alumnos no son idóneos para el modelo D. Según los últimos datos (2017) de los sistemas de evaluación educativa, aproximadamente uno de cada diez alumnos matriculados en el modelo D, todo en euskera, no son idóneos para ello. El grado de idoneidad de los alumnos ha caído del 91,8% al 89% entre 2009 y 2017 en la red pública y ha descendido menos en la concertada, del 96,2% al 95,6%.

Inmigrantes. El porcentaje de alumnos inmigrantes ha experimentado un aumento considerable en la red pública; se ha doblado en ocho años, pero el aumento en la red concertada no es significativo y, aún así, la bajada del nivel de comprensión lectora en ambos estratos, público y concertado, es parecida. Intensa en ambos. En la red pública, de un 4,9% de inmigrantes en el modelo D en 2009 se pasó a un 10,7% en 2017. Entre tanto, en la concertada, los alumnos inmigrantes han pasado del 2,5% al 3,1% en esos ocho años. Según estos datos, el cambio de composición social del estrato público explicaría parte de las pérdida de puntuación en la red pública, pero no así en el caso del estrato concertado. Hay más.

Suben los matriculados monolingües en castellano. El informe del ISEI-IVEI sobre la evaluación de diagnóstico 2017, indica que “en los nueve cursos que cubren las seis ediciones de esta evaluación, se ha producido, en el modelo D, un incremento muy importante del alumnado monolingüe castellano hablante, tanto en el estrato público como en el concertado. En la pública pasa del 11,6% en 2009 al 26% en 2017 en Educación Primaria y del 16% al 29,5% en ESO. Y en la concertada, sube del 8,1% al 18% en primaria y del 13,5% al 22,2% en secundaria.

Bajo uso del euskera en clase. Según los últimos datos obtenidos por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación, el ISEI-IVEI, en el modelo D, un 69,1% del alumnado de 4º de Educación Primaria (9-10 años), habla siempre en euskera con su profesorados, pero este porcentaje cae hasta el 55,4% en 2º de Enseñanza Secundaria Obligatoria (13-14). Es decir, hay un 30% del alumnado de primaria y un 45% de secundaria que afirma no hablar siempre en euskera con sus docentes dentro del aula. Incluso, hay un 6,5% del alumnado de primaria y casi un 11% de secundaria que siempre o casi siempre habla en castellano.

El Consejo Escolar insta a Lakua a reflexionar sobre el modelo D actual, elegido por el 81% de las familias, y le pide cambios metodológicos

“Matricular en el modelo D no basta; hay un tipo de alumnado que necesita más refuerzo”

Vicepresidenta del Consejo Escolar

“Probablemente la escuela nos está pidiendo un cambio metodológico”